Traigo hoy una historia, curiosa por
lo menos, que apareció en “El Diario de Ávila” en junio de 1942, el día 18; en
ella nos relatan las rogativas que se hicieron en Aldeavieja a fin de
solucionar “la persistente sequía” que se cebaba en la zona; consultando los
históricos de lluvia en la provincia de Ávila, se nos dice que aquel año, 1942,
sí hubo una disminución pluvial, pero pequeña con respecto a la media; fue de
300mm y la media es de 365mm; poca cosa; sí es verdad que se venía de 2mm en
febrero (cuando la media es de 22mm), pero en marzo fue de 60mm (cuando la
media es de 28mm). En junio, que es cuando se realizan las rogativas la
precipitación fue de 15 mm (media de 38) y en julio, cuando se supone que han
hecho efecto, la precipitación fue de 0 (cero); también es verdad que se venía
de años más lluviosos, con una medida en 1941 de 486mm y de 525 en 1940; pero,
en fin, dejemos a un lado los verdaderos motivos que llevaron a impetrar el
auxilio divino y veamos nuestra historia:
El
Diario de Ávila. 18 de junio de 1942. Desde Aldeavieja
Rogativa, misa y traída
de la milagrosa Nuestra Señora del Cubillo
Ante la persistente sequía que
aquejaba a los labradores con daño evidente de los campos, para impetrar del
cielo la benéfica y necesitada lluvia para los
panes, pastos y tierras de labor, por encargo del Ayuntamiento y
asentimiento de párroco se celebró el día 5 en el venerando santuario de la Virgen del Cubillo
una rogativa y misa a las que suplicante asistió y concurrió todo el vecindario
confiado en alcanzar la gracia y favor por mediación de su veneranda y querida
Virgen.
Terminada la santa misa, los fieles
devotos pidieron que se sacase la Virgen y se llevara al pueblo, como suele
hacerse en tiempos de calamidad y desgracias; para cumplir los deseos de los
peticionarios, se sacó la Virgen y se trajo a la iglesia en procesión de
penitencia con gran fervor y entusiasmo. Anunciada con repique de campanas la llegada
de la Virgen, la entrada y recibimiento en el pueblo fue apoteósica y
desbordante de alegría y entusiasmo fervoroso, se rezaba, se cantaba, se
lloraba, se pedía a la Virgen su ayuda y protección, y con gozo se aclamaba a
la Virgen, repitiéndose entusiastas vivas a la Virgen del Cubillo, recordando
que siempre la milagrosa Señora ha dado el favor y gracia pedidos; como ocurrió
hace veintiuno y cincuenta y dos años, por sequía, y hace cincuenta y ocho,
setenta y tres y noventa y siete años y otros por causa de langosta y pestes
entre otras calamidades públicas.
Para poner en sitio de honor a tan
venerada y querida Virgen se ha colocado un dosel en el altar mayor donde se
halla expuesta como reina y soberana con aire majestuoso y gracioso; sus
amantes devotos han puesto de gala la iglesia. El día 6 empezó un novenario,
presidido por el Ayuntamiento con su secretario; comandante Maroto;
funcionarios y representaciones, que ha estado muy concurrido, y ha gustado
mucho por su buena organización, y por los tradicionales cánticos que a porfía
cantaron jóvenes y casadas, terminando todos los días con la salve cantada por
el pueblo.
El domingo, día 14, a las nueve y
media se tuvo una lucida y bien
organizada comunión general, comulgando cerca de 300 fieles; durante la
comunión se cantaron preciosos cánticos eucarísticos; a las once ofició misa
solemne nuestro virtuoso párroco, se cantó la misa de Pío X; una bonita
plegaria a la Virgen y al final la salve por las jóvenes; y como colofón a las seis
de la tarde se tuvo una magna procesión de acción de gracias por todas las
calles, que se hallaban cubiertas de ramaje, yedra y flores y adornadas con
colgaduras, se levantaron diez arcos colocados en diversos lugares con buen
gusto.
Colocada en andas sobre el cubo,
aparecida la Virgen airosa, lucía riquísimo vestido azul con jalones de oro y
preciosa corona de plata con salientes estrellas y fue sacada por los devotos
Alejandro Torres, Victorio Aragón y los hermanos Doroteo y Ángel Magdaleno; iba
escoltada por los entusiastas excombatientes, cabo Basilio y soldados Gaspar,
Ángel, Esteban, Celedonio y Feliciano, mandados por el prestigioso comandante
Maroto; portaban los cetros de la Virgen, Gregorio Magdaleno, Ángel Gómez y
Sandalio Vázquez, durante el largo recorrido se relevaron muchos devotos para
llevar las andas, que con frecuencia descansaban en las muchas mesas vestidas
con adornos que se pusieron a su paso, ayudando a bajar y levantar las pesadas
andas Pablo Magdaleno y Miguel Labrador.
La entrada en la iglesia fue
emocionante con el alegre repicar de las campanas y los incesantes vivas a la
Virgen del Cubillo lanzados y vitoreados por la numerosa concurrencia de
Aldeavieja, Villacastín, Blascoeles y Ojosalbos.
Terminada la procesión se tuvo la
novena y después unas emocionantes palabras de parabién y gratitud del párroco,
felicitando al pueblo y concurrencia por su comportamiento; seguidamente las
jóvenes y casadas cantaron los acostumbrados cánticos y por último se cantó la
salve por todo el pueblo.
El párroco, Ayuntamiento y pueblo
pueden estar muy satisfechos por el comportamiento, orden y asistencia tenida
en dicho acto.
El
corresponsal.
La historia no acaba aquí, el 3 de
julio, “El Diario de Ávila” nos contaba su continuación y final:
Aldeavieja
Aún no se había apagado el acrecido
fervor y delirante entusiasmo del lucido y concurrido novenario de súplicas
impetratorias, y la devota y magna procesión que con cariño ferviente, y
sentida veneración, ofrendó y tributó sin escatimar sacrificios el devoto
pueblo de Aldeavieja a su venerada y
querida Virgen del Cubillo; cuando nuestro párroco don Esteban García anunció un Tríduo en acción de gracias por haber conseguido el beneficio de la tan
necesitada lluvia por mediación de la milagrosa Nuestra Señora del Cubillo, y a
su vez según los deseos del Papa, para pedir por la Paz del mundo, tan deseada
de todos; el cual se ha celebrado al anochecer durante los días 26, 27 y 28,
habiéndose visto muy concurrido y realzado por los armoniosos y preciosos
cánticos que cantaron muy bien Fernanda, Pilar, Concha, Isidra y Puri y otras
virtuosas señoritas.
El 29, después del ejercicio de la
despedida a la Virgen, se llevó y trasladó en correcta y ordenada procesión a
la Virgen a su venerado Santuario del Cubillo, habiéndose hecho a la salida del
pueblo las tres reverenciadas y acostumbradas vueltas, cantando las jóvenes
dichas las tradicionales despedidas durante el largo camino de cuatro
kilómetros y medio se rezó y se cantó. A su llegada a la ermita se aclamó con
entusiasmo a la Virgen y ante su altar se cantó la Salve por todo el pueblo.
En la magna procesión del día 14 los
industriales conocidos por Magdalenos quemaron y tiraron muchos cohetes en
honor de la Virgen, cuyos estampidos eran entusiastamente coreados con
aclamaciones y vivas a la Virgen del Cubillo.
El
Corresponsal
Espero que os haya entretenido.
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