Hace
ahora cuarenta y ocho años que apareció en “El Diario de Ávila” (27 de
diciembre de 1975) un reportaje, a toda página, sobre el encuentro de unos
periodistas del citado diario con unos extraterrestres que, habiendo aterrizado
en la Cruz de Hierro, deseaban hacer una visita a la ciudad de Ávila y conocer
sus costumbres y monumentos; todo esto me lleva a recordar que hubo una
temporada en que se habló bastante de que habían sido vistas ciertas luces
misteriosas por los alrededores del santuario del Cubillo y por los altos de la
sierra, luces que alguno atribuía a platillos volantes o naves espaciales
provenientes de otros mundos… en fin, os dejo, para acabar el año, con el
citado reportaje que, además, estaba acompañado por dos instantáneas tomadas a
los extraños visitantes. ¡Feliz Año para todos!
Y durante esos días
nuestra esperanza, ya que es lo último que se pierde, no decaía y allí
perdíamos –si esto se le puede llamar perder- horas todas las tardes con el fin
de poder tener la exclusiva de sus visitas a la Tierra y concretamente a la
Cruz de Hierro. Según nuestros enlaces terrestres las horas más apropiadas para
su aterrizaje eran después de comer, ya que el horario nuestro es distinto del
que ellos no tienen, pero creemos existe. Por ello durante algo más de quince
días hemos ido uno a uno y montado guardia desde las tres y media a las seis de
la tarde. Bastantes litros de gasolina quemados, para tener el coche a la
temperatura adecuada, muchos pitillos consumidos y también varios cafés –para Lumbreras-
y Coca-Colas para mí, ingeridos, a fin de no pasar las horas en balde.
Creíamos que ya por
estas fechas, dado que son las fiestas de Navidad y a todos nos apetece estar
con la familia, no vendrían por la Cruz de Hierro. No obstante continuamos
montando guardia y escuchando muchos comentarios en contra de nuestra actitud
por varios amigos, que se risoteaban de estas aspiraciones periodísticas de
tener un reportaje “en exclusiva” y además de esta categoría, con toda la
credibilidad que ello merece.
Y llegó la ocasión. Por
fin aterrizaron en la Cruz de Hierro. Fue ayer viernes, día 26 de diciembre, a
las cuatro treinta y siete minutos exactamente de la tarde. Hacía una
temperatura agradable, el cielo estaba despejado y el sol calentaba tímidamente
con lo que se disimulaba el frío.
La nave espacial
apareció como una estrella que rápidamente, a medida que se acercaba al punto
elegido para el aterrizaje se iba haciendo más grande. De color gris metalizado
con una serie de tentáculos para apoyarse en la tierra, también con varias
puertas a lo largo de su diámetro y como una torreta que la corona que es el
puesto de mando. Igualmente tiene dos antenas una en su punto más alto –encima
de la torreta- y otra a la parte izquierda de la misma, en la foto a la derecha
del lector. Nos quedamos un poco asustados y Lumbreras no acertaba a disparar
la cámara, debido en parte a su asombro, ya que a decir verdad, tampoco estaba
convencido de sus viajes a la Tierra, y debido también a los destellos que
lanzaba la nave a la hora de aterrizar. Consiguió disparar su “Pentax”, pero no
salió ninguna foto del aterrizaje, ya que se velaron con los destellos, y sí la
nave ya posada en la Cruz de Hierro. Esperamos unos momentos, con nuestros ojos
bien abiertos, y de pronto una de las portezuelas de la nave espacial se abrió,
saliendo de ella dos seres un poco extraños, que se dirigieron hacia donde nos
encontrábamos.
Fueron unos momentos en
los que las piernas casi nos temblaban y no acertábamos a pronunciar palabra
alguna. Pero la amabilidad de esos dos extraños seres, que empezaron a lanzar
unos, también extraños, sonidos guturales pronto comenzamos a charlar y por
señas y gestos pudimos entendernos. La primera pregunta fue sobre la nave
espacial. Sus dos ocupantes nos decían, o así lo entendimos nosotros, las
características antes señaladas y también que había sido diseñada por un
español, que traducido al idioma castellano equivaldría a un tal Juan Manuel
Hernández San Segundo, quien, entre otras actividades, diseñaba naves
espaciales.
-¿De dónde proceden?
-Seguían los extraños
sonidos guturales que recogimos en el “cassette” de Lumbreras y pudimos saber
que venían del planeta Saturno y que esta era la sexta vez que aterrizaban en
la Cruz de Hierro, por lo que ellos son “saturninos”.
Les ofrecimos algún
pitillo y un trago de café y Coca-Cola, que aceptaron también, aunque no
encendiesen los pitillos, sino que los guardaban entre sus dedos para llevarlos
a sus compañeros de planeta. Mientras, preguntamos por qué eligieron Ávila para
aterrizar y cual era el motivo de sus asiduos viajes a la Cruz de Hierro.
Nos dijeron que eran
una avanzadilla con el fin de preparar todo lo necesario para la venida de una
nave-autobús espacial con bastantes saturninos, que deseaban conocer Ávila y
sus costumbres y que convivirán con los abulenses durante algunas horas.
-Elegimos Ávila porque en esta ciudad tan bonita de la
Tierra tenemos varios enlaces con los que nos comunicamos a través de impulsos
electrónicos, que son recogidos en el “electroimpulsómetro”, porque conocen que
en Ávila se celebran justas medievales en la plaza de Santa Teresa.
-Comenzamos a reírnos
por lo que decían, pero luego nos explicaron su extrañeza por los adelantos de
la ciudad. Traían un mensaje para el Rey Witiza y estaban empeñados en que las
autoridades abulenses organizasen unas justas medievales para los “saturninos”
que vendrán mañana por la tarde a Ávila.
-Si eso ya no se
“lleva” aquí, les dijimos.
-No importa. Nuestras
autoridades nos enviaron a Ávila para ponernos en contacto con sus autoridades
y preparar todo el protocolo para el acto de mañana domingo. Allí en Saturno no
existen estas clases de festejos populares y deseamos conocerlos para ponerlos
también en práctica. Si el Rey Witiza ya no vive, nuestro mensaje se lo daremos
a la autoridad que corresponda, es decir al alcalde de Ávila, y que pueda
organizar dichas justas medievales. Si no lo quieren hacer nos veremos
obligados a irnos a otra ciudad castellana, a la vez que no volveremos nunca
más a Ávila.
-Pronto acabamos
nuestra conversación, ya que deben hacer varios asuntos oficiales, no sin antes
preguntarles el programa preparado para dicha excursión de “saturninos”, mañana
domingo.
-Visitaremos los
monumentos de Ávila, mantendremos un cambio de impresiones con sus autoridades
y personajes más representativos abulenses para la firma de un acuerdo
bilateral de cooperación en materia científico cultural.
Además, como ahora se
celebran las Jornadas de Estudios Abulenses para Universitarios, mantendremos
contacto con ellos y hablaremos con sus organizadores, a fin de que en su
próxima edición, en vez de hacer la excursión cultural a un pueblo de la
provincia, las autoridades “saturninas” ponen a disposición de ellos unas naves
espaciales-autobuses, para que conozcan Saturno y sus circunstancias, con los
variados monumentos culturales que tiene y también convivan con los
“saturninos” que son seres ávidos de contactos culturales con los habitantes de
otros planetas.
Por nuestra parte no
nos resta más. Sólo agradecer a los contactos terrestres de los “saturninos” su
información de que aterrizaban en la Cruz de Hierro. A nuestro periódico las
facilidades dadas para efectuar esta entrevista y a los “saturninos” por la
amabilidad que nos han prestado y que han hecho posible esta “exclusiva” para
EL DIARIO DE ÁVILA, con la esperanza de que sean muchos los abulenses que mañana domingo se
desplacen a la Cruz de Hierro para recibir a nuestros ilustres visitantes y
luego les acompañen en su visita a Ávila.
La hora prevista para
la llegada de la nave espacial autobús es la de las cuatro y media de la tarde.
Muchas gracias a todos.
Gonzalo
(Fotos: Lumbreras)
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