Hoy vamos a examinar un
documento de hace 106 años que nos va a dar una imagen de cómo era Aldeavieja a
los comienzos del siglo pasado, cuántas cosas se han perdido, cuántas se han
ganado y cómo ha evolucionado todo. Se trata de la Rectificación correspondiente al año 1914 del Censo Electoral,
aparecido en el Boletín Oficial Extraordinario de la Provincia de Ávila de
fecha 1 de septiembre de dicho año.
Lo primero que hay que
hacer constar es que en ella aparecen los nombres de las 147 personas que, a
esa fecha, tenían derecho a ejercer su voto en las elecciones generales; se
trata de varones mayores de 25 años, no aparecerán, por tanto, las mujeres ni
los menores a esa edad; junto al nombre y apellidos se incluye la edad, el
domicilio donde viven, la profesión que ejercen y si saben leer y escribir. De
este dato se deduce que la población total rondaría entre los 600 y 700
habitantes, suponiendo grupos familiares entre cinco y seis personas.
En referencia al último
dato que se relaciona, hay que hacer constar que de los 147, sólo ocho (8),
están identificados como analfabetos, esto es, un 5,5% del total; lo cual nos
indica la alta tasa de alfabetización que existía en el municipio, por supuesto
que en la población masculina, no tenemos datos de la femenina, pero es seguro
que sería bastante más alta.
En el listado aparecen
relacionados los nombres de las calles del pueblo que son, básicamente, los
mismos que ahora: Ancha, Real, Angosta, Segovia, Rodeo, Maello, Mediodía,
Amargura y Pastor; a los que habría que añadir los barrios de Cabezuela,
Aceiterilla, Altozano, Corrillo y la Plaza de la Constitución; además se
incluyen el Santuario del Cubillo (el santero que allí vivía), y las dehesas de
El Alamillo, La Lancha y Casasola (ésta ya en los límites con Navalperal de
Pinares).
Las calles más habitadas
son Ancha y Segovia, con 23 vecinos cada una; seguida de la calle Real, con 22;
después la Cabezuela y la calle Angosta, con 16 y 15 respectivamente; la Plaza
de la Constitución con 11 y las demás, ya, con menos de 10: Aceiterilla, Maello
y Mediodía con 6; el Altozano con 4, las calles Rodeo y Amargura con 3 y el
Corrillo y Pastor con 1.
En el santuario del
Cubillo se contaría 1 y en las dehesas de La Lancha 3, el Alamillo 2 y en
Casasola 1.
En cuanto a las edades,
estas van desde los 25 a los 80 años; estando distribuidos de la siguiente
forma:
Hasta 30 años 34
individuos, un 23%.
De los 30 a los 40, 37
personas, 25%.
De los 40 a los 50, 20,
que son el 13%.
De los 50 a los 60, 29,
un 19%.
De los 60 a los 70, 23,
un 15%.
Mayores de 70 años, 4, un
2%.
Más de la mitad de esta
población tiene menos de 50 años, un total de 91; bajando extraordinariamente los
que pasan de 70 años, sólo 4, de los que sólo 1 tiene más de 75.
Vamos a ver ahora las
profesiones y ocupaciones que tenían.
Entre las profesiones
liberales, pertenecientes al sector servicios, se contaba con un médico, un
maestro, un cura párroco, un secretario del Ayuntamiento, un farmacéutico y un
veterinario.
De este mismo grupo, pero
fuera de las profesiones que llamaríamos superiores, había: 1 panadero, 2
industriales (que normalmente eran abaceros y taberneros), 1 estanquero, 1
sacristán, 1 zapatero, 3 herreros, 2 carreteros (fabricantes de carros) 2
alguaciles, 1 peón caminero y 1 capataz, y seis guardas jurados (de las
distintas dehesas).
En el sector terciario
(agricultura y ganadería) que eran la gran mayoría, se dividían: 5 propietarios
(se llamaba así a los que no tenían necesidad de trabajar personalmente en sus
tierras o fincas), 7 ganaderos, 38 labradores y, en la escala más baja, esto
es, los que trabajaban principalmente para otros, aunque tuvieran pequeñas
propiedades, 53 jornaleros, 14 sirvientes y 3 pastores.
Se ve, que casi la mitad,
70 de 149, necesitaban trabajar para otros para poder subsistir, lo que da una
idea del desigual reparto de las tierras y de la riqueza.
Por último, como
curiosidad anecdótica, o no, nos encontramos en que existen 75 apellidos
distintos en estas 149 personas, de un total de 298 posibles; de lo que se
deduce que hay 223 que se repiten en mayor o menor número.
El más corriente, con 32
nominaciones, es Moreno; le sigue Vázquez, con 19; y a la zaga Muñoz y Gordo,
con 18; después Torres, con 16 y Martín con 15; sucediéndoles López, García y
Zahonero, con 10.
Y esto es todo, espero
que os haya entretenido.
Interesantísimo análisis y reflexión, enhorabuena Javier y gracias por esta pequeña joya
ResponderEliminarSoy una persona mayor de setenta que también viví en un pueblo,y más o menos reconozco las profesiones que eran comunes a casi todos,cuando existían tantos habitantes que necesitaban de todos los servicios.Una mini-ciudad.
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