10 de septiembre de 2023

Las fiestas del Cubillo en 1900.

 

Ya que tenemos recientes las fiestas de la patrona de Aldeavieja, La Virgen del Cubillo, os acompaño los versos que uno de los redactores, llamado Francisco Delgado, de “El Diario de Ávila” realizó para una de las secciones del citado periódico, “Guiso del País”, al finalizar el siglo XIX, que aparecieron en septiembre de 1900, hace ya ciento veintitrés.

(La romería del Cubillo en 1900)

En ellos nos cuenta cómo eran los festejos de la romería en aquellas ya muy lejanas fechas.

 

Con motivo de tener

que vivir en Aldeavieja,

por lo menos mientras duran

los festejos y las fiestas;

he decidido lectores

sepultar en la maleta

tintero, pluma y papel

y llevarlo con la idea

de escribir guiso diario

y que todo el mundo sepa,

cómo en un pueblo pequeño

también se gasta gran juerga.

Además de las funciones

religiosas en la iglesia,

habrá fuegos de artificio

y novillos y verbenas

y hasta corrida de gallos

y el sábado, si se tercia,

irá al Cubillo más gente

de la que ustedes se piensan.

Y me marcho y me despido

deseando que a mi vuelta

todos estén con salud

y tengan muchas pesetas,

cosas ambas de rigor

y necesarias de veras,

para pasar por el mundo,

para vivir en la tierra,

sin sufrimientos, angustias,

ni dolores, ni miserias.

*

El sábado ocho

estuve al Cubillo

y paséme el día

en tan lindo sitio,

comiendo y bebiendo

con varios amigos.

La fiesta es soberbia

y allí los vecinos,

de las cercanías

y otros varios sitios,

bailando y cantando

pasan el camino;

sin notar cansancio

por tanto bullicio.

-

Por la noche en Aldeavieja

hubo fuegos de artificio,

y la gente ¡claro está!

se divirtió de lo lindo.

Las ruedas fueron preciosas

los cohetes preciosísimos,

y hubo unas tracas de esas

que producen humo y ruido.

-

En los días de las fiestas

todo se vuelve bailar,

en la velada, en las casas

en donde quiera que está

uno, ya mueve los brazos

y las piernas al compás.

-

Simón, gran tamborilero,

y su digno compañero,

el de la gaita, tocaron

con muchísimo salero,

y a todo el mundo agradaron,

de tal forma que al marchar

camino del Espinar,

el tambor y la gaitilla,

nos pusimos a llorar

como llora una chiquilla;

y mirándonos así

con tanta tribulación

consideramos que allí,

hace mucha falta un mi

o un sol dado por Simón.

-

La corrida de toros celebrada

por los mozos solteros,

trascurrió sin cogidas, ni accidentes

de esos que tienen mérito.

Pero en la que nos dieron los casados

lidiaron un becerro,

que tenía más conchas que un galápago

y que dio sustos buenos

-

Al salir el animal

se halló con un concejal,

y sin respeto, ni nada,

le arrimó una costalada

superior, piramidal.

El bicho le empitonó

y media vuelta le dio,

tan cerca de la barrera,

que gracias que no chocó

que si choca bona sera.

El concejal levantóse

sin la más leve lesión,

pero eso sí, pronto hallóse

con un rasguño feroce

por detrás del pantalón.

El toro siguió corriendo

por la plaza de tal modo,

que a todos iba cogiendo

y le picaron y todo

como si fuera un berrendo.

Le pusieron banderillas

a pie, más también en sillas

e iban a matarle, pero

sin asomar las mulillas

le mandaron al chiquero.

-

A lomos de un mal rocín

o en las ancas de un jumento,

me marché a Villacastín

a donde llegué por fin

magullado y macilento.

Gracias que comí muy bien,

y a que dormí de chipén

pude en el mismo pollino

volver a Aldeavieja, en

donde seguí mi camino,

y donde tras de dos horas

de sueño reparador,

llegué aquí, bellas lectoras,

un humilde servidor

que ha comido zarzamoras.

………………………………

¡que consonante! ¡da horror!

 

No se esforzaba mucho nuestro poético periodista pero… son de agradecer esos ripios inocentes, llenos de naturalidad y… ¿por qué no? cargados de gracia.

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