14 de marzo de 2025

Aldeavieja 1966


          En enero del año pasado ofrecía un artículo aparecido en "El Diario de Ávila", en 1972, en el que hablaba del pueblo, de nuestro pueblo, de su presente y de su posible futuro; hoy os traigo otro, del mismo autor Pedro de Ulaca, pero éste aparecido seis años antes, en diciembre de 1966 y en el que se encuentran cosas curiosas, como el poco conocimiento que el periodista tenía de la realidad del pueblo al hablar de una fábrica de curtidos, desaparecida hacía casi cien años; en fin, como él lo escribió así os lo presento, pues también alguno de sus augurios se han cumplido.

Aldeavieja




          Como su nombre lo indica, existió de muy antiguo este poblado en cuyo término se anotan como accidentes importantes la Huerta de don Antonio Zahonero; la Huerta de don José López, la Huerta de las Charcas, una fábrica de Curtidos denominada “Las Tenerías”, una ermita en ruinas antiguamente dedicada a San Cristóbal, otra ermita del título del Santísimo Cristo de la Agonía y un Santuario más importante con casa; lugar de animada y devota romería durante todo el año, con fiesta principal en septiembre, en honor de la Santísima Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora del Cubillo.

          Hoy Aldeavieja, comunicada con la capital de la provincia por la espléndida carretera de Madrid, a veintidós kilómetros de distancia, tiene una población de quinientos cuatro habitantes, viviendo en ciento cincuenta y una casas. Una población muy unida en aspiraciones en torno a las autoridades locales. Una población que cultiva la inteligencia en cuantas ocasiones y por cuantos medios se le ofrecen para adquirir un nivel de vida del tono del ambiente que la comunicación de una vía de primer orden pide a nuestros pueblos más adelantados.

          En Aldeavieja se tiene confianza en el progreso de la agricultura y la ganadería provinciales. Y es un pueblo que no ha entra aún –aunque no le falta el ambiente de serranía y horizontes castellanos- en ese movimiento de ansiedad que crea por doquier el fomento de colonias veraniegas. Todavía no ha sonado en Madrid el nombre, de tan simpático y atrayente lugar para que las gentes comiencen a solicitar solares sobre los cuales construir villas y hoteles… Pero es fácil que un día, si el progreso agrícola y ganadero muestra el producto de la unidad en las explotaciones posibles, también el turismo transforme la faz del poblado y bajo los arcos de la monumental ermita de San Cristóbal veamos un bar en que los viajeros de automóviles evoquen el culto a su Patrono…

Pedro de ULACA