29 de noviembre de 2015

Aldeavieja: Siglo XVIII. 1.

Siglo XVIII.
          Llegamos al siglo XVIII. Uno de los herederos de Luis García Cerecedo: Juan Becerril y Alonso, mayordomo de sus fundaciones por matrimonio con María Martín García, sobrina de Luis; construye su casa solariega en Aldeavieja; es la que se encuentra en la calle Ancha adornada con un gran escudo en piedra que luce las armas de sus apellidos:
Armas BECERRIL: Un becerro y alrededor ocho estrellas.
Armas ESTEBAN: Un león y cuatro fajas.
Armas ALONSO: Una faja en la boca de dos dragantes, arriba de ella tres estrellas y abajo un león.
Armas GONZALEZ: Un castillo con tres torres.
          En su fondo lanzas, estandartes, cañones, y la Cruz de Calatrava, pues no en vano Juan es Caballero de esta Orden y Capitán del Regimiento de las Milicias Provinciales de Ávila.
          Sus restos, como los de su mujer, descansan en la capilla de san José de la iglesia parroquial.


                                                                                             Escudo de Juan Becerril y Alonso.

          La casa, muy estropeada por los años, está en ruinas, pero muestra su prestancia en la fortaleza de sus muros y en la única verja original que conserva en la ventana a la izquierda de su puerta de entrada.


                                                                              Reja de la casa-palacio de Juan Becerril, en la calle Ancha.

          ¿Cómo era Aldeavieja en esta época?; para echarla un vistazo nada mejor que recurrir al famoso Catastro del marqués de la Ensenada que, en 1752, mandó una batería de preguntas a cada municipio para saber su estado y poder poner orden a la recaudación de impuestos; vamos a ver algunas de las preguntas más importantes:



                                                                           Página del Catastro de Ensenada referente a Aldeavieja y Blascoeles.
        
           En el lugar de Aldeavieja, a siete de mayo de mil setecientos cincuenta y dos, ante el señor don Juan Francisco García de la Huerta, Juez Subdelegado, en consecuencia del auto antecedente comparecieron el padre fray Juan del Toboso, monje profeso de la Orden de Nuestro Padre San Jerónimo, del Monasterio del Real de san Lorenzo del Escorial, cura párroco en virtud de su privilegio. Manuel Zahonero Herrero y Enrique Esteban alcaldes honorarios de ésta; José Martín y Francisco Gordo y Gaspar Aragón Regidores; Antonio Navas Sánchez, procurador del Común; Luis Herrero, fiel de hechos; y Manuel González Zerecedo y Miguel Martínez de Canencia, vecinos de este lugar, labradores de ejercicio y personas nombradas por la Provincia y José Bazquez y Gaspar Burguillo, alcaldes honorarios del lugar de Blascoeles, incluido en el mismo término que esta de Aldeavieja; Francisco Muñoz y P. Bázquez, labradores de Blascoeles, Cristóbal Bazquez Procurador del Común, y Fernando Bazquez fiel de hechos de su Consistorio, Francisco Gallegos y Gabriel Herrero vecinos de este lugar, labradores de profesión y personas nombradas por la Justicia de él, de los cuales y a cada uno de por sí, a excepción del Padre Cura, el Señor Juez subdelegado, por acuerdo de esta Comisión, separadamente recibió juramento por Dios Nuestro Señor en forma, prometieron decir verdad, bien advertidos a que mucho tiempo antes de ahora lo están, para los fines sujetos a sus nombramientos, bajo el cual se les preguntó a las preguntas del Interrogatorio, impreso que va por cabeza, responden lo siguiente

1. Cómo se llama la Población.
1ª. A la primera cuestión que los dos lugares que forman este término se llaman: éste Aldeavieja y el otro Blascoeles.
3. Qué territorio ocupa el Término, quanto de Levante a Poniente, y del Norte al Sur: y quanto de circunferencia, por horas, y leguas: qué linderos, o confrontaciones; y qué figura tiene, poniéndola al margen.
3ª. A la tercera que el término de estos lugares se extiende de levante a poniente dos cuartos y medio de legua; de norte a sur tres y media, y de circunferencia tres leguas, poco más o menos.
Confronta a Levante con el de Villacastín y alijares de la Ciudad y Tierra de Segovia; a Sur con el de Ojos Albos; a Poniente con el de Tabladillo y Aldealgordo y al Norte con Maello y Villacastín.
11. Qué especies de Frutos se cogen en el Término.
11ª. A la once que se coge en estos expresados términos trigo, cebada, centeno, algarrobas y hierba.
17. Si hay algunas Minas, Salinas, Molinos Harineros, u de Papel, Batanes, u otros Artefactos en el Término, distinguiendo de que Metales, y de que uso, explicando sus Dueños, y lo que se regula produce cada uno de utilidad al año.
17ª. A la decimoséptima que hay tres Tenerías, una propia de Juan Fernández Zazo, que le produce respecto de lo que curte ochocientos reales, una y media de Isabel Gordo a la que produce cuatrocientos noventa y nueve reales, otra media de Jerónimo Gordo a quien le corresponden por la misma razón noventa reales.
19. Si hay Colmenas en el Término, quantas, y a quien pertenecen.
19ª. A la decimonona que hay doscientas cuarenta colmenas y pertenecen dos a Julián Gómez, cuarenta y seis a Juan Bazquez Cabrero, veinticuatro a Esteban Bazquez, treinta a Dionisio Bazquez, dos a Juan Esteban, once a Sebastián Gómez, ocho a Juan González, doce a Gregorio Marín, tres a Jerónimo Fernández, dos a José Grande, cincuenta y ocho a Manuela González, ocho a Juliana y dos a Maria Beli, cuatro a Manuela Beltrán, otras tantas a Juan Gallego, a José Bazquez dieciocho, todos vecinos de este pueblo y las seis restantes a doña Manuela Zahonero que lo es de Salamanca y contemplan de miel a cada una cinco reales y medio.
20. De qué especies de Ganado hay en el Pueblo, y Término, excluyendo las Mulas de Coche, y Cavallos de Regalo; y si algún Vecino tiene Cabaña, o Yeguiada, que pasta fuera del Término, donde, y de qué número de Cabezas, explicando el nombre del Dueño.
20ª. A la veinte que hay bueyes, vacas, caballos, yeguas, jumentos, cerdos, cabras y piaras de ovejas merinas; pero sin cañada, bacada ni esquilador; y regulan en virtud de casación el valor de cada cien cabezas de ganado lanar en quince arrobas de lana y veinticinco corderos que a precio aquella a cincuenta reales y estos a ocho con cincuenta, y el estiércol, lo que importa mil reales, en los que se incluyen ochocientos de gastos bajo cuya regulación corresponde al carnero el producto anual a diez reales  y lo mismo a la oveja con dos que se regulan por la cría; a cien cabezas de ganado cabrío, cincuenta chivos que a precio estos de seis reales, con ciento de leche y queso imponen cuatrocientos en los que se incluyen trescientos de gastos, con la correspondiente a cada una el producto de cuatro reales, a la vaca veinticinco, la yegua cincuenta, la jumenta once y la cerda a dieciocho reales.
21. De qué número de Vecinos se compone la Población, y quantos en las Casas de Campo, o Alquerías.
21ª.  A la veintiuna, que en estos referidos lugares hay trescientos treinta y ocho vecinos, inclusas cuarenta y cinco viudas sin que ninguno viva en casa de campo ni alquería. (con estos datos se estima la población en 1087 habitantes).
22. Quantas Casas havrá en el Pueblo, qué número de inhabitables, quantas arruinadas; y si es de Señorío, explicar si tienen casa una alguna carga, que pague al Dueño, por el establecimiento del suelo, y quanto.
22ª.- A la veintidós que hay trescientas cuarenta y cinco casas, todas de planta baja y ninguna paga cosa alguna por el establecimiento de suelo.
29. Quantas Tabernas, Mesones, Tiendas, Panaderías, Carnicerías, Puentes, Barcas sobre Ríos, Mercados, Ferias, etc. Hay en la Población, y Término: a quien pertenecen, y qué utilidad se regula puede dar al año cada uno.
29ª. A la veintinueve que aunque hay una Casa Carnicería no le produce beneficio público y que no hay casas destinadas para taberna y abacería por servir para este ministerio la de los vecinos a quienes se remataron, que hay tres mesones propios, uno de A. Martín y los dos de Baltasar García, a quienes les vale de rédito anual doscientos reales cada uno.
32. Si en el Pueblo hay algún Tendero de Paños, Ropas de Oro, Plata, y Seda, Lienzos, Especería, u otras Mercadurías, Médicos, Cirujanos, Boticarios, Escribanos, Arrieros, etc. Y qué ganancia se regula puede tener cada uno al año.
32ª. A la treinta y dos que hay dos sacristanes y les contemplan de valor anual al uno mil seiscientos reales y al otro quinientos cincuenta; un cirujano cinco mil cuatrocientas; dos mercaderes de vara a mil cada uno; un  maestro de primeras letras mil cien; tres mesoneros a mil quinientas cada uno; un obligado de carnes mil seiscientas; un abacero mil quinientos; dos taberneros el uno dos mil y el otro doscientos; dos administradores de Haciendas y Patronatos uno al año seis mil seiscientos y el otro novecientos; un fiel de hechos veinte; dos tesoreros de diezmos noventa y seis; veinticinco fabricantes de estameñas, que a los cinco regulan a doscientos reales cada uno, a diez ciento ocho y los otros diez restantes a ciento veinte; cien fabricantes de cordobanes a ciento sesenta, un alguacil a ciento ochenta y seis y a la comadre de parir ochenta y nueve.
33. Qué ocupaciones de Artes mecánicos hay en el Pueblo, con distinción, como Albañiles, Canteros, Albéitares, Herreros, Sogueros, Zapateros, Sastres, Perayres, Tejedores, Sombrereros, Manguiteros, y Guanteros, etc. Explicando en cada Oficio de los que huviere el número que haya de Maestros, Oficiales, y Aprendices; y qué utilidad le puede resultar, trabajando meramente de su Oficio, al día a cada uno.
33ª. A la treinta y tres, que hay dos herreros, tres curtidores, tres zurradores, a quienes tocaban de jornal diario cuatro reales cada uno; treinta tejedores de estameñas y sesenta y tres peinadores a dos, con un oficial de aquellos a dos; un tejedor de lienzos a dos y medio; asimismo diez zapateros a cinco; dos herradores y tres sastres a cuatro y medio; dos albañiles a cinco y medio y un oficial de estos a tres y medio.
35. Qué número de Jornaleros havrá en el Pueblo, y a cómo se paga el jornal diario a cada uno.
35ª. A la treinta y cinco que hay treinta y cinco labradores, inclusos hijos y criados; catorce jornaleros; sesenta y nueve pastores y regulan su jornal diario a tres reales a cada uno.
36. Quantos Pobres de solemnidad havrá en la Población.
36ª. A la treinta y seis que hay doce pobres de solemnidad,
38. Quantos Clérigos hay en el Pueblo.
38ª. A la treinta y ocho que hay seis eclesiásticos.

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          Aldeavieja sigue siendo un lugar importante en la región, aunque ya han pasado sus mejores años; la población ha bajado considerablemente; téngase en cuenta que la atribuida en el Catastro se refiere a los dos lugares de Aldeavieja y Blascoeles; no obstante sigue siendo un lugar más rico que todos los que le rodean, casi a la altura de Villacastín. Es curioso observar la diferencia que existe entre los dos centros de población, colocando a cada uno en su debida importancia; así cuando vemos que un sacristán cobra 1600 reales y el otro 550 (una tercera parte); o que hay un tabernero que gana 2000 reales al año y el otro 200 (una décima parte), se comprende la diferencia existente, en la época, entre Aldeavieja y Blascoeles; los 1087 habitantes estimados podrían fácilmente repartirse entre 816 y 271 respectivamente. Por otro lado, el número de pobres “de solemnidad”, doce, nos hace pensar que aunque no nadase toda la población en la abundancia, eran muy pocos los que nada tenían: sólo un 1%; igualmente, el número de eclesiásticos, muy elevado con los parámetros actuales, era lo normal para una época en que la religión regía todos los momentos de la vida de una comunidad: había uno por cada centro de culto.

22 de noviembre de 2015

Aldeavieja: Edad Moderna 2.

          A finales del siglo XVI ocurrió uno de los episodios de peste más graves que se produjeron en la Península, unido a una gran periodo de sequía que ocasionó la pérdida de cosechas y lanzó a la miseria y a la muerte a un gran porcentaje de la población de Castilla; al parecer, Aldeavieja fue uno de los lugares que menos sufrió sus consecuencias; de ello da noticia Francisco García en su libro y, a colación de este hecho, cuenta lo siguiente:
          Aunque la cofradía del señor San Roque es la menos antigua, se celebra en su día con gran festividad y regozijo de muy solemne procesión y autos y danzas y otras invenciones. La qual cofradía se instituyó el año de mil y quinientos y noventa y nueve en el qual visitó nuestro Señor su pueblo y le castigó con el mayor azote de hambre y pestilencia, que los vivos abian visto ni oydo jamás, porque en los mas pueblos de España murió grande número de gente, mayor y menor, de secas y barbuncos y de mucha hambre y necesidad sin poderse valer padres a hijos, ni los maridos a sus mugeres; por lo qual tomaron muchos pueblos particular devoción con el bienaventurado san Roque y le dedicaron templos y altares y cofradías; lo qual hizo con particular devoción el lugar de Aldeavieja haziéndole su imagen de bulto con su caja y altar e instituyendo la dicha cofradía; la qual fundaron en la hermita de señor San Cristóbal donde hizieron altar y pusieron la imagen del bendito santo y muy de ordinario acuden a encomendarse a el con muy fervorosa devoción, con la qual los mayordomos desta cofradía hazen muy espléndidos gastos el día de su festividad.


                                                                Imagen de San Roque, actualmente en la parroquia de San Sebastián  

           Y ansí tiene aquel pueblo por sus patrones y particulares abogados a los tres santos defensores del horrible y espantoso mal de pestilencia, que son san Cristóbal, san Sebastián y san Roque; por cuyos méritos e intercesión tienen por cosa muy cierta que quiso nuestro Señor librar aquel pueblo del terrible castigo y azote con que afligió a los demás, pues con ser tan universal y el pueblo tan grande no murieron en él más de cinco o seis personas, abiendo en aquella comarca muchos lugares que casi del todo quedaron despoblados y otros con falta de la mitad de la gente; sea el Señor glorificado por todos los siglos de los siglos. Amén.

          En el siglo XVII hace su aparición un personaje que marca un antes y un después en la historia del lugar; se trata de Luis García Cerecedo. Nació en Aldeavieja en 1617, hijo de Baltasar García y María González Cerecedo; de una familia de tratantes de ganado, hizo su fortuna de mercado en mercado, surtiendo de cabalgaduras a la caballería española en sus múltiples guerras; con sus ganancias, muchas, se convirtió en prestamista de la Corona, adelantando los dineros para las Caballerizas Reales y convirtiendo, también, a los monjes del Real Monasterio del Escorial en deudores suyos; casó con María Herrera, también natural de Aldeavieja, y se convirtió, para gloria suya y de su familia, en mecenas de todas las obras importantes que se conservan en el pueblo.
          Cuando él nace se están dando los últimos toques a la segunda ermita de la Virgen del Cubillo, construída sobre la primitiva del siglo XIV; treinta y nueve años más tarde, en 1656, Luis se encuentra en el apogeo de su riqueza y de su carrera; ha comenzado a levantar la Capilla de San José, en la iglesia parroquial del pueblo, para que sirva de lugar de enterramiento de sus padres, de él, de su mujer y de sus descendientes; no escatima el dinero; hace que uno de los principales maestros del momento construya el retablo: Sebastián de Benavente y Francisco de Herrera “el Mozo”, se encargará de pintar sus tablas: la obra se acaba el 1662 y la primera persona que se entierra allí es su esposa, que fallece ese mismo año.



                                                                                  Capilla de San José.

          Dos años después de iniciar la construcción de la capilla empiezan las obras para transformar la ermita del Cubillo en el santuario que conocemos hoy, y en esas obras no faltó el dinero de Luis; como promesa que su mujer hizo en su testamento ordena la construcción del precioso retablo barroco que aún hoy podemos admirar, así como el camarín de la Virgen; no satisfecho con ello mandó realizar un retablo nuevo para la ermita de San Cristóbal y al año siguiente, 1676, regala para la iglesia parroquial el retablo de la Virgen del Rosario y el monumental Vía Crucis que, todavía hoy, adorna las paredes de dicha iglesia; son sus últimas ofrendas al pueblo, ese mismo año Luis García Cerecedo fallecía, siendo enterrado en la capilla que, para ello, mandó levantar.


   
                                                                       Dedicatoria del Vía Crucis de la iglesia parroquial, de 1670.    

           Parece ser que vivió en la casa marcada con el número 26 de la calle Ancha, que hasta hace pocos años podíamos ver tal y como había sido en sus momentos de esplendor.



                                                   
                                                                       Casa de Luis García Cerecedo, en la calle Ancha


          En este siglo XVII se realiza, también, el Vía Crucis que recorre las calles del pueblo; por tratarse, lo que queda de él, de una obra no unitaria, sino formada en diferentes épocas y con arreglos y desarreglos varios, insertamos, como apéndice,  un estudio sobre su construcción y significado.

16 de noviembre de 2015

Aldeavieja: Edad Moderna. 1

Edad Moderna.

          Nos acercamos al momento más importante de la historia de Aldeavieja: el siglo XVI, en ese siglo la riqueza y la abundancia parece que han elegido un lugar, y ese lugar es nuestro pueblo, ¿por qué en este preciso momento, y no en otro, se produce esta circunstancia?; la respuesta nos viene dada por un cúmulo de hechos conectados entre sí: se ha descubierto América y la plata y el oro se vuelcan sobre el país; la Mesta, esta organización de ganaderos que se extiende por todo el reino hace que el precio del ganado se dispare, que la lana de la ovejas suba de precio, que los caballos sean un bien muy preciado, tanto para la paz como para las interminables guerras en las que están metidos los reyes de la Casa de Austria, la carne de las vacas se cotiza a buen precio, así como el cuero; los pastos del Campo Azálvaro, los buenos prados del lado norte de la sierra, el lugar estratégico que ocupa el pueblo, junto a las vías de comunicación más importantes: el camino que lleva a la Corte y, de allí, a los puertos a donde viaja la lana; la cercanía de la feria más importante de Europa: la de Medina del Campo; así como una serie de individuos que no van a dejar pasar la oportunidad de enriquecerse con todas estas circunstancias y con ello enriquecer al pueblo que les vio nacer.




             Mapa de las tierras de Segovia en 1773, Aldeavieja se encuentra en la izquierda, hacia el centro.

          No fue ajeno a esta abundancia el hecho de que en 1565 el rey Felipe II, al fundar el monasterio de El Escorial, anexionase al mismo los territorios que antaño dependían de Párraces, por lo que se produjo un contacto con gentes más cercanas al poder y se presentaron mayores oportunidades de medrar.
          Es el momento, y ese momento va a durar casi cuatro siglos. Una de nuestras fuentes, el licenciado Francisco García, dice lo siguiente en su historia sobre Aldeavieja:
Después que las dichas caserías, y apartadas poblaciones se juntaron en la Aldeavieja, como queda dicho, siempre ha ido en aumento y acrecentándose este lugar de tal manera, que cuando esto se escribe, que es el año del nacimiento de nuestro señor “Jesú Christo”, de mil y seiscientos y trece, tiene quinientos vecinos (con una población estimada de 1.575 habitantes), y entre ellos hombres muy ricos; y en estos años que muchos pueblos se han arruinado y desfallecido del ser que tenían, hasta venirse a despoblar, este pueblo ha prevalecido, y aumentándose, así en hacienda como en calidad, porque tiene muy buenas casas tejadas, y dobladas, con sus chimeneas, y paredes de mampostería, con ventanas y rejas en ellas, y calles empedradas, muy buena plaza, con dos mesones y soportales, donde se venden las mercancías que vienen de fuera; y con una fuente o pilar grande de mucha y buena agua, y otras tres fuentes dentro del pueblo, de donde bebe la gente.  Hay casa de Ayuntamiento, y carnicería; hay una muy grande alhóndiga de trigo para los años de necesidad, y buenas trojes donde lo tienen; y también hay hospital para los peregrinos, y pobres pasajeros. Las eras donde se trilla y desgrana el pan son de las mejores de todo el reino; los salidos y prados que están alrededor del pueblo son muy deleitosos; las tierras de pan llevar son pocas pero muy buenas. Es lugar muy frío, pero tiene mucha leña y montes concejiles de encinas y robles, donde también hay caza de liebres, conejos y perdices. El término es algo estrecho pero enriquecido con más de treinta fuentes de muy lindas y saludables aguas de donde se riegan muchos cercados, y huertos y linares que hay en él. También tiene horno donde hacen teja y ladrillo; tiene a media legua el campo Azalvaro, que aunque es término y pasto común para Segovia y su Tierra quien más lo goza con sus ganados es Aldeavieja, por estar tan cerca y lindar con él. (cap. X, p. 24 y 25).

          La situación del pueblo ha cambiado, y no sólo materialmente; el buscar sitios más protegidos de los fríos vientos del norte ocasiona que se abandonen las casas que se elevaban en los alrededores de la iglesia de San Cristóbal y se edifiquen en la zona baja del cerro de La Barrera; el cambio de lugar habitado ocasiona, además del aumento de la población, como nos cuenta el licenciado Francisco García, la incomodidad que suponía el desplazarse a oir la misa fuera del casco urbano y dejar el lugar solo y sujeto a robos… y sobre todo en invierno pues los enfermos y viejos no podían asistir a los oficios divinos por estar a más de tres tiros de arcabuz
          Esto hace que se piense en la edificación de una nueva iglesia, en medio del pueblo y con el tamaño y la riqueza que correspondía al nuevo modelo de población. Se comienza su construcción en el lado sur de la plaza mayor del pueblo y parece ser que se acaba poco antes de 1540, y el primer libro de bautismos data del año 1543.

          La iglesia se fabricó de piedra cárdena, de sillares, y arcos, y paredes de mampostería, con tres naves y su torre donde hay cinco campanas, y reloj, tres altares con sus retablos, tribuna  y órgano y tomaron por Patrón al señor San Sebastián. Y después en el año 1550 aumentaron con una capilla y sacristía de piedra cárdena, y blanca de sillería y después la adornaron con una alameda que plantaron alrededor del cimenterio y se remata con una cruz famosa de una piedra con su pie de gradas y las figuras de un Cristo y la Virgen esculpidos en ella.
          Ay en la Iglesia muchas y ricas imágenes como son Nuestra Señora del Rosario, San Andrés y San José, el Niño Jesús y otras de pincel y finalmente el retablo del altar mayor es famoso ansí en la tabla como en el pincel.
          Privándose del ornato de sus casas y personas ofrecen a la Iglesia mil dones de plata, sedas y  brocados, capas pluviales, casullas, dalmáticas, frontales, dos palios uno de terciopelo carmesí y otro de damasco, cruces, incensario y vinajeras de plata, tres cálices, pendones y mangas para la cruz. Un hombre y no de los ricos hizo una cruz de plata para el Santísimo Sacramento que le costó ciento sesenta ducados.



                        Iglesia de San Sebastián.

          No hay más que comparar estos datos (y esta riqueza) con los pobres objetos que contenía la iglesia parroquial sólo cien años antes, según hemos visto en el capítulo anterior.

          La riqueza ya sabemos que hace extraños compañeros; por estas mismas fechas se comienza a pensar en la ampliación de la ermita de la Virgen del Cubillo, adaptándola a las necesidades del momento y a fin de dotarla de la majestuosidad que se merece por la nueva abundancia que se siente en la población; como un eco de todo esto, he encontrado un curioso documento que habla por sí solo:
          Desde el año de 1589(…), a petición de varios interesados, se expidieron las competentes Reales Cédulas para descubrir algunos tesoros que tenían noticia hallarse ocultos en diversos puntos del reino; cuya relación, con expresión de los pueblos y sitios de algunos de ellos, es en la forma siguiente:
          (...)En Aldeavieja, jurisdicción de Segovia, en el campo Azalbaro: en el prado del Lanchar, bajo el prado de las Moratas: en la Olla, cerca de una fuente: dentro del lugar, en la fuente de abajo: junto al Trampal: en la bajada del pueblo al Muladar Alto: en la dehesa y cerca de la fuente del Alamillo: en Cañada la Calera: en el arroyo del Sapo: junto al río del Campo: en las Alcobas: en la fuente de la Sierpe: en la de la Campana: junto a la ermita de San Miguel de Cárdena: y últimamente en la de San Juan del Berrocal.


          Son las reminiscencias de antiguas leyendas, que se conocen por toda España, de los tesoros de los romanos, o de los moros, escondidos en lugares secretos en su huída de los bárbaros o de los cristianos, y esperando que alguien, con fortuna, los encuentre.

9 de noviembre de 2015

Aldeavieja: Edad Media 3.

           Con respecto a la vida religiosa del pueblo, nos encontramos con un curioso documento, fechado en los años 1446/1447, en que se describe la visita realizada por los responsables de la diócesis de Segovia, a todos los pueblos y lugares en que hubiese una iglesia o ermita abierta al culto, describiendo el estado en que se encontraban los bienes materiales de la Iglesia y los bienes espirituales de sus feligreses:

Arcidianadgo de Segovia

          Aldea Vieja. Es collaçión de Párrazes pero es de reprehender que por ser tanto pueblo de çient vesinos que non tiene cruz de plata salvo una pequenna de limogenes e una casulla vieja de zarzaania e otra blanca con aparejos susios ineptos e non cumplimiento de sávanas ca en otras parrochias de dies e de XV e veynte vesinos se ha fallado que tienen cruses de plata e buenos ornamentos de seda. Otrosy tiene buena parte del portal descubierto, los del concejo lo querellaron desiendo que sy el abad soltasse la rrenta dela iglesia saltim lo del cuartillo que ellos la proveerían de todo. Otrosy que son mal servidos delas penitençias en cuaresma lo uno por ser tanto Pablo Deo Gracias lo otro por que el capellán se abssenta algunas veces de la eglesia.
          Santa María del Cobillo. Visite la que es hermita e dise el arcediano que todo es suyo. Tiene fasta noventa cabeças de cabras e ovejas.



                                            Ábside de la iglesia parroquial de Aldeavieja en la Edad Media: San Cristóbal.


          En él se dice que pertenece a la abadía de Párraces, y el visitante se sorprende del hecho de que teniendo cien vecinos (con una población calculada de aproximadamente 400 habitantes), sólo tenga una cruz de plata, y además pequeña, una casulla vieja y otra blanca pero sucia y sin sábanas para vestir el altar, cuando otras parroquias de veinte o menos vecinos tienen buenas cruces y vestiduras de seda. Además encuentra parte del portal arruinado, hay que pensar que en ese momento la parroquia es la iglesia de San Cristóbal, y los vecinos se lamentan de que el abad de Párraces no emplee la renta de la parroquia en esos arreglos y que si les diese a ellos su administración todo estaría arreglado; además, parece ser que el capellán encargado de la iglesia y de dar los sacramentos no se ocupa adecuadamente de sus obligaciones, ausentándose a menudo de la parroquia y no encargándose, durante la Cuaresma, de la obligada confesión de los fieles.
          También visita la ermita de la Virgen del Cubillo, se trataba de la antigua construcción anterior a la que ahora conocemos; el sacerdote encargado de ella se autoproclama dueño de todo lo que hay en ella, incluido el rebaño de cabras y ovejas con el que, tradicionalmente, se costeaba el mantenimiento del edificio.

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          Vamos a referirnos ahora a un acontecimiento que no, por demasiado conocido, se le debe dejar sin mencionar: la aparición o descubrimiento de una imagen de la Virgen en el lugar de El Egido; me refiero, claro está, a la Virgen del Cubillo, patrona, desde ese momento, de la localidad y protagonista por derecho propio de muchas de las vicisitudes del pueblo de Aldeavieja.
          Se barajan dos fechas para el gran hecho: una, alrededor del 1300 y la otra, más concreta, 1454.
           La primera fecha viene dada por el licenciado Francisco García, sacerdote natural de Aldeavieja, arcediano de la catedral de Segovia, y que en el año 1613 escribió la primera historia que se conoce del lugar: “Historia del origen, antigüedad y fundación del lugar de Aldeavieja, de los milagros de Nuestra Señora del Cubillo y del Señor San Cristóbal, sus Patrones”; en ella se puede leer: alrededor del año mil y trescientosen el sitio donde está aquella santa ermita, había una gran alameda, y en ella tenían los pastores sus chozas y cabañas, cuando por causa de las nieves, y grandes fríos se bajaba del campo Azalvaro, donde muy de ordinario apacentaban sus ganados, y en una rama de un álamo que estaba donde ahora está el púlpito de aquella iglesia, acostumbraba un pastor a colgar un cubillo, que es lo que ahora llamamos herrada o cubilete, que son de madera, con asa y cerco de hierro, y servía de ordeñar en él las cabras y ovejas, y vacas, y es harto de llorar que este cubillo no se haya guardado y conservado como grande y prodigiosa reliquia, por la gran negligencia de la gente de aquel tiempo. Pues como este pastor fuese a descolgar el cubillo, hallaba no una sino muchas veces a Nuestra Señora, como metida en él, y que no se le parecía sino desde la cintura arriba, y hablaba con él y le decía, que dijese a los del pueblo, hiciesen allí un santo templo a honor de la Virgen Santa María, porque en ello se serviría a Dios. De esto se dio cuenta al Abad y Cabildo de Párraces, y certificados de este aparecimiento y visiones, y solicitados con gran vehemencia de los vecinos del lugar, autorizando este milagro, y con su favor y ayuda se edificó aquel santuario, con invocación de Nuestra Señora del Cubillo, por haberse aparecido en el la Madre de Dios.
          La otra fecha viene avalada por un Protocolo notarial redactado por Pedro José Cano Gutiérrez, Regidor eclesiástico de Ávila y todo su Obispado en 1726. Reproducía una tabla votiva que colgaba a la entrada de la Ermita; dice así: Apareciose Nuestra Señora del Cubillo año del Señor de 1454 siendo Rey de Castilla Don Juan el segundo… Un pastor del lugar de Aldeavieja muy devoto de Nuestra Señora hallándose en este parage apazentando sus cabras tenía este Pastor todas las mañanas luego que se levantaba la Devozión de rezar el Rosario a María Santísima; y una mañana a primeros de mayo reparó que con desusada Nobedad estaban los campos más alegres que otras veces y Puesto de Rodillas hizo Oración a Nuestra Señora y mirando a un Árbol a donde ponía un cubo en donde ordeñaba sus cabras vio una Imagen de Nuestra Señora en el mesmo Cubo Sentada en una silla Zercada de Resplandores el Pastor cayo en tierra la Reina del Cielo Alentandole le dijo que fuese a dar aviso a dicho lugar de Aldeavieja para que la colocaran en este Punto. Fue el Pastor al Lugar dio aviso y no le creían. Pero haziendo instancia salio el capellan y otras personas llegando aquí la hallaron en el Árbol sentada en silla y debajo el rebaño haciendo Razón de estado a Nuestra Señora. Partió el capellán a Párraces dio notificación al Prior y Canonigos los cuales vinieron y Queriendo colocarla en Párraces la  depositaron en San Cristóbal y viniendo por la mañana a visitarla no la hallaron y vieron que venía el Pastor a dezir que la había visto en el mismo Árbol. A la Novedad concurrió mucha Gente de Ávila de los lugares vecinos y en procesión la llevaron a Aldeavieja llevándola de mañana a la Ermita.

          Esta versión sirvió de base para la redacción de la historia de la aparición por parte del sacerdote D. Justino Gozalo, párroco de Aldeavieja y que en 1956 la escribió para el nuevo reglamento de la refundada cofradía de la Virgen.


                                                         La primitiva ermita de El Cubillo según un cuadro exvoto que allí se guarda.

             Ese mismo año de 1454 se comenzó la construcción de la ermita (nos imaginamos que sería la elevación de una nueva sobre la ya existente, con una mayor cabida y consistencia), para la que dio donativos el mismo rey Juan, que se encontraba en Ávila; y a finales de año se pudo instalar a la imagen en su nuevo templo. Según la tradición se construyó en el mismo lugar donde estaba el árbol sobre el que se apareció la Virgen; debía de ser un edificio pequeño, de una sola nave y coronada por una espadaña; no quedan restos de la misma excepto alguna columna empotrada en la pared de la actual hospedería.

          Si hacemos cuenta del documento, expuesto con anterioridad, sobre la visita del obispado de Segovia a las iglesias pertenecientes a su diócesis en el año de 1446, y viendo que esta visita se extiende también a la ermita de Nuestra Señora del Cubillo, hay que llegar a la conclusión que la fecha de 1454, como efectiva de la aparición, no es correcta, siendo más real la primera de alrededor de 1300.

2 de noviembre de 2015

Aldeavieja. Edad Media 2.

No debemos perder de vista la circunstancia de que Aldeavieja, al igual que Blascoeles, Maello y Peguerinos, (hoy en la provincia de Ávila) eran pueblos que pertenecían a la Tierra de Segovia; este territorio llegaba hasta el río Voltoya, ya junto al pueblo de Mediana, cuyo nombre viene, justificadamente, por ser el pueblo fronterizo, medianero, entre las dos provincias.
          La Tierra de Segovia estaba dividida en Sexmos, particiones realizadas para un mejor gobierno y administración, al frente de los cuales estaba la ciudad de Segovia; su nombre viene de que, en principio eran seis; con el tiempo se creó una más: el Sexmo de Posaderas que no representaba una unidad territorial, sino una unidad funcional; pertenecían al mismo aquellas aldeas y lugares, repartidas un poco arbitrariamente por las zonas norte y oeste de la región y que, gravadas por obligaciones de posada, (de ahí su nombre) alimentación y de defensa y reconocimiento; “han privillejio de franquesa e libertades de non pagar pecho nin pedido, nin otro tributo alguno por çiertas cargas que han de cumplir al conçejo de Segovia, cavalleros e escuderos”, pagaban menos arbitrios que el resto de los sexmos segovianos.
          Antes del año 1300 se produce un hecho muy importante para el gobierno y desarrollo de Aldeavieja; se funda el monasterio de Santa María de Párraces y pasan a depender de él todos los pueblos de Segovia que se encuentran entre el río Voltoya y el Eresma, cómo límites occidental y oriental respectivamente, Villacastín y El Espinar por el sur y Martín Muñoz por el norte; entre ellos están Aldeavieja, Bercial, Blascoeles, Muño Pedro, Marugán, Cobos, Etreros, San García y los hoy despoblados de Chavente, Bernuy, Aldeanueva y otros más; esta dependencia, además de eclesiástica se traduce en la obligación de pago de impuestos y primicias al abad del monasterio  
   

                                                          La abadía de Párraces en la actualidad.

            A este Sexmo de Posaderas pertenecían Aldeavieja, Blascoeles, Martín Muñoz de las Posadas, Muñoveros, La Cuesta…; en 1424 se llegó a un acuerdo para que pagasen lo mismo que los demás y que éstos abonasen, a su vez, su parte en los gastos extraordinarios que las Aldeas Posaderas tuvieran debido a sus características especiales.
          La vida en Aldeavieja se desarrolla como en el resto del reino de Castilla; una población abocada al trabajo agrícola y ganadero, con la particularidad de poseer muchas áreas comunales que impiden que la pobreza se enseñoree demasiado; no obstante, la presión de los señores se hace notar, intentando por diversas maneras que estas tierras comunales se privaticen en su favor y, casualmente, son los señores de Ávila los que hacen esta presión, debido, sin duda a su cercanía física: en los Archivos Medievales Abulenses se recoge el siguiente escrito:
          «... somos ynformados de los muchos males e daños que los vezinos del dicho concejo de Aldea Vieja con sus adegañas an padesçido e padescen (...) por ser corridos e tomados e prendados e cohechados por algunos de los cavalleros e escuderos e vezinos de la çibdad de Ávila e su tierra».
          Esta presión no podía permitirse más, y en 1434 el Concejo de la ciudad y tierra de Segovia llega a un acuerdo para aumentar el territorio municipal de Aldeavieja, a costa del de Villacastín, para evitar el despoblamiento que se estaba produciendo por causa de los abusos ejercidos por los caballeros de la Ciudad de Ávila; éstos llevaban a sus ganados a los ricos pastos de la sierra y del Campo Azálvaro, empobreciendo a los habitantes de los pueblos serranos; no eran buenos vecinos; este acuerdo llevó los límites de Aldeavieja, por su lado este, aproximadamente a los mismos que existen actualmente; reflejamos a continuación parte de ese acuerdo, tan importante para la supervivencia de nuestro pueblo:
          Jueves, veinte y cinco días del mes de noviembre, año del nacimiento de nuestro señor Jesucristo de mil y cuatrocientos y treinta y cuatro años, este dicho día, estando cerca de la Peña Forcada, que es en término de Aldeavieja, aldea de la ciudad de Segovia, estando y Fernán García de Ocaña, alcalde en la dicha ciudad y en su lugar de García de Busco, corregidor y justicia mayor por nuestro señor el rey en la dicha ciudad y en su tierra, y otrosí estando y con el dicho alcalde Fernán Ramírez de Montoria y Juan González de las Navas, regidores de la dicha ciudad y su tierra, por poder que han del concejo y caballeros regidores de la dicha ciudad y de su tierra, y en presencia de mi, Francisco Fernández, escribano público en la dicha ciudad y en su tierra a la merced de mi señor el rey, y de los testigos abajo escritos, luego el dicho alcalde y los dichos regidores dieron y rezaron en escrito esta sentencia que se sigue.
          (…)Y otrosí visto los términos que el dicho Gómez Fernández, regidor, en nombre de la dicha Aldeavieja demanda y dice que deben ser tornados y restituidos a la dicha Aldeavieja, por cuanto diz que los tenían y habían por uso y por fuero antiguo, los cuales dice que son desde la Peña Horcada, donde parten los términos de Aldeavieja con el término de La Fresneda, y luego el mojón que está en la lancha hecha una cruz en la peña, y luego otro mojón que está hecho encima de las Navas de San Guzmán, y luego el arroyo Abajo, partiendo con el término de la dicha Fresneda, que va a dar encima del molino que fue de Juan Redondo, el Viejo, y luego el río que se llama Rioviejas arriba hasta la losilla al Sotillo, y del Sotillo a la fuente de los Asperones, y de la fuente de los Asperones al otero de medio, y del otero de medio, la cumbre arriba, aguas vertientes de la una parte y de la otra hasta el Risco el Dinero, y del Risco del Dinero, la cuerda arriba, hasta la cumbre, y do parte con el Campo de Azálvaro, y desde la cumbre Ayuso, partiendo con el dicho Campo, hasta el Llanillo encima de Valmayor, a do parte el mojón de Ávila con tierra de Segovia. Lo cual todo sobredicho por nosotros fue andado por andamiento de pies y por vista de ojos y por señales de manos.
          (…) Por ende, fallamos que debemos adjudicar y atribuir y adjudicamos y atribuimos lo sobredicho ser y pertenecer a la dicha ciudad y adjudicámoselo. Pero, por cuanto somos informados y por nosotros es visto y andado el término que la dicha Aldeavieja con sus aledaños tiene, el cual es poco. Y otrosí que somos informados de los muchos males y daños que los vecinos del dicho concejo de Aldeavieja con sus aledaños han padecido y padecen de cada día, así en sus personas como en sus ganados y bienes y heredades que en el dicho tienen, así por ser corridos y tomados y prendidos y cohechados por algunos de los caballeros y escuderos y vecinos de la ciudad de Ávila y su tierra, como había con la dicha Aldeavieja por pacer algunas veces en los prados y pastos y montes y dehesas de la dicha ciudad de Ávila y su tierra con sus ganados, los vecinos de la dicha Aldeavieja y sus aledaños están fronteros y tener poco término en que pazcan y vivan y pazcan con sus ganados, por la cual causa otras veces y en otros tiempos ha sido despoblado el dicho lugar de Aldeavieja y sus aledaños. Y ahora por la dicha razón eso mismo somos informados que se van de cada día los vecinos de la dicha Aldeavieja y sus aledaños a morar y vivir a otras partes fuera del término de la dicha ciudad y su tierra, causa de que se despoblase y perdiese y se enajenase a lo de la dicha Ávila. Y por cuanto a la dicha ciudad y su tierra es mucho mejor estar poblado el dicho lugar de Aldeavieja que no despoblado. Y por cuanto somos ciertos e informados que, si más largo término tuviese la dicha Aldeavieja de lo que ahora tiene, que se habría venido y vendría de otras partes de fuera del término de la dicha ciudad a morar  y vivir al dicho lugar Aldeavieja y sus aledaños. Y viendo cómo la dicha ciudad en esta parte debe usar de gracia y caridad con la dicha Aldeavieja y sus aledaños, y por que se pueble mejor de lo que está poblado y no se perezca, que debemos adjudicar y adjudicamos y atribuimos y moderamos y acrecentamos por término de la dicha Aldeavieja y para ella y sus aledaños, singular y apartadamente, y entre la dicha ciudad de Segovia y la dicha Villacastín, y vivan en paz y puedan pasar de aquí en adelante para siempre jamás.
         


                                            Mapa de los sexmos de la tierra segoviana, arriba, a la izquierda, el de Posaderas

          Otro de los males que se enseñorean con estas pequeñas aldeas es la venta de heredades a bajo precio, causadas por la imposibilidad de cosecharlas; además de por el despoblamiento que se produce por las grandes pestes que asolan el reino en los siglos XIV y XV; esta venta de parcelas se traduce en un empobrecimiento de una gran parte de la población y, por el contrario, ayuda a la creación de las grandes propiedades que, con el tiempo se convertirán en las grandes fincas que, aún hoy, existen sobre todo en las mejores tierras de pastos: Los Toriles, Regajales, Tabladillo, el Alamillo, Casasola…
En abril de 1458 el rey de Castilla, Enrique IV, manda acabar con estas prácticas a fin de que la tierra siga perteneciendo a sus poseedores o que, por lo menos, su propiedad no escape a los habitantes del sexmo al que pertenece:
          El rey
          Homes buenos del sexmo de San Martín y de los lugares y aldeas de la tierra de la muy noble y leal ciudad de Segovia.
          A mi es hecha relación que, por causa de las grandes mortandades que en esta tierra hubo y porque lo mandé guardar los montes y por otras necesidades, muchos vecinos y vecinas de los dichos lugares del dicho sexmo y de Aldeavieja han vendido y venden heredades y tierras y casas y montes y prados a caballeros, escuderos y a monasterios y religiosos.
          Yo os mando que de aquí en adelante ninguno ni alguna persona no sea osado de vender ningunas de las dichas heredades, salvo a vecino o vecina del dicho sexmo y de los lugares de él, a ninguna de las dichas personas religiosas ni a monasterios ni a caballeros ni escuderos que viven fuera y no sean moradores en el dicho sexmo; ni los tales caballeros ni escuderos ni monasterios lo no puedan comprar, so pena que el que lo vendiere pierda la heredad, y el que lo comprare pierda lo que por ello diere, y dende en adelante quede y finque la tal heredad y maravedís que por ello hayan dado para el concejo y lugar donde es vecino el tal vendedor.
          Y por la presente hago merced de ello al concejo y lugar donde la tal venta se hiciere, y les doy poder y facultad cumplida para entrar y tomar la tal heredad y maravedís y hacer de ello como de cosa suya propia.
          (...) De Madrid, a doce días de abril, año del nacimiento e nuestro señor Jesucristo de mil y cuatrocientos y cincuenta y ocho años.
          Yo, el rey.
          Por mandado del rey, Alvar Gómez

          Aldeavieja, como toda sociedad castellana de la época, es un crisol de culturas y razas; se sabe que, según avanzaba la Reconquista hacia el sur, se llevaba a los habitantes musulmanes hacia el norte, para repoblar las zonas más desérticas y para trabajar como siervos en los nuevos latifundios de la nobleza guerrera; las ciudades de Segovia y Ávila y todas las villas y aldeas de sus tierras, recibieron su cuota de esta nueva población; igualmente, la población judía se asentó también en toda la zona; lo que dio lugar, más adelante, a sufrir las mismas persecuciones que estos habitantes “diferentes” sufrieron en todos los reinos cristianos de la península.
          En 1490, fecha en que se empezó a castigar, por la Inquisición, a los que profesaban una religión distinta de la oficial, se inscribieron  en las paredes del recién construido monasterio de Santo Tomás, de Ávila, la relación de “quemados” y “san benitos” castigados, entre ellos se encontraba una vecina de Aldeavieja:
          Memoria de los ensabenitados que están al lado de la epístola:

          61. María Alvarez, mujer de Pedro Alvarez, vecina de Aldea Vieja, reconciliada por judaizante . 1491