Educación y Descanso, denominada oficialmente
como Obra Sindical de Educación y Descanso, fue una
organización española de tipo cultural y recreativo, dependiente de la Organización Sindical Española, que existió durante la
época de la dictadura franquista, entre 1939 y 1977.
Estaba dedicada a promover y realizar todo tipo de actividades artísticas,
culturales y deportivas por parte de los trabajadores.
Las actividades amparadas por esta Organización se
extendían, pues, a grupos de teatro, cineclubs, coros y danzas, viajes, vacaciones
y sobre todo competiciones deportivas.
Por supuesto, su largo brazo llegó también a nuestro
pueblo y, aunque parezca mentira, en forma de obra teatral, pero una obra
representada por los vecinos, no por actores que vinieran de fuera; es algo
impensable hoy en día pero, si preguntáis a vuestros mayores seguro que ellos
sí recuerdan cómo, en los pueblos, se representaban obras de teatro y no sólo
en esta época, sino mucho antes.
Como recuerdo de aquello, os traigo hoy un artículo aparecido en el “Diario de Ávila” en su número de 27 de abril de 1950, hace ya más de setenta y cinco años y que se titulaba
“EDUCACION Y
DESCANSO EN ALDEAVIEJA”.
“Con el conjunto
artístico de aficionados de aquella localidad agrupados en la denominación de “Cuadro
Artístico de Educación y Descanso”, se ha llevado a la escena el formidable
drama de cinco actos titulado “El soldado de San Marcial”, en un programa largo
–cosa lógica-, pero más porque el espectáculo constaba de una segunda parte en
la que esta simpática agrupación realizó el sainete cómico llamado “El Chaleco
Blanco”.-
Comentando sobre el
acontecimiento, que lo fue, puede decirse con verdad que en la primera obra que
se presentó, el público derramó lágrimas abundantes. ¡Qué tragedia, señores!.
En la segunda parte, el público rió alborozado y no decimos que en ocasiones
hizo pucheros, porque se habrían roto todos. Así pues el espectáculo fue
transcurriendo con normalidad gracias a la buena preparación que los directivos
señores Félix Martín Martín y don Carlos Bermejo proporcionaron al elenco que
se presentó ante el público perfectamente ataviados tal como requiere el drama,
y gracias, respecto a ello, por la colaboración de don Leandro G. Maroto que
facilitó el vestuario.
La interpretación fue aceptada
plenamente por el respetable que premió con lágrimas abundantes aquellos
momentos porque atravesaron Auria Grande, Gloria Vázquez, Carlos Bermejo,
Carlos Gómez, Mariano Mateos y Tomás Magdaleno. Así como también obsequió la
recompensa de sonoras carcajadas del público unánime a la actuación cómica de
Abraham Pindado y Feliciano Torres con Magencia Martín. Cumplieron acertadamente
en sus respectivos papeles las señoritas Anita Molinero, Milagros Zahonero y la
niña Felipita García.
Indudablemente merecen
nuestro aplauso estos aficionados que con entusiasmo verdadero han de continuar
dedicando sus ocios al cultivo del arte, en el que destacan Gloria Vázquez, que
estuvo magnífica en su papel de Lucía y que es de esperar llegue a superarse en
cada actuación alcanzando cada vez mayor afición, tal como ha de ocurrir con
todos los afiliados en esta agrupación que insisten en el aprendizaje y
constante preparación de obras teatrales.
Por el éxito obtenido y
la buena idea de entretener el tiempo libre de esta forma cultural, felicitamos
sinceramente a todos los componentes de tan simpático Cuadro Artístico y en
particular a don Félix Martín y don Carlos Bermejo, directores y organizadores.
A.D.S.”
Félix Martín Martín era
el párroco del pueblo por aquellas fechas, antes de la llegada de don Justino,
los curas eran muy aficionados a todas estas puestas en escena; Carlos Bermejo
escribía muy a menudo en el periódico y sus artículos sobre Aldeavieja fueron
varios, desconozco si tenía familia o conocidos en el pueblo, aunque supongo
que sí. Conoceréis
muchos de los nombres que se citan en el artículo y seguro que entre ellos casi
todos tenemos algún familiar.
La obra "El soldado de San Marcial" es una obra, escrita en 1885, del dramaturgo, político y académico Valentín Gómez y Gómez, simpatizante del Carlismo y católico acérrimo. "El chaleco blanco", por contra es una obra cómico-lírica (una zarzuela, vamos) escrita por Miguel Ramos Carrión en 1890 y musicada por Federico Chueca, se nota que los organizadores no querían poner nada moderno o problemático.