19 de octubre de 2021

La Abadía de Párraces. y III

 

Nada dura eternamente, eso es cierto, y así, (no se sabe muy bien el por qué) hacia el año 1454 comenzaron a aparecer quejas, aquí y allá, sobre la vida holgada y regalada de los frailes agustinos de la Abadía de Párraces; quizás parte de este malestar se debiese a que en ese año los monjes del monasterio decidieran hacer una división de las cuantiosísimas rentas que recibían; acordaron hacer tres partes; una para el abad, otra para los canónigos y otra para la fábrica (con fábrica se referían al mantenimiento físico de los edificios que componían la abadía); ¿os preguntáis, acaso, por qué existía malestar entre los feligreses?.

Esto llevó a que el obispo de Osma, Alonso de Fonseca, que en ese momento era el administrador de la Abadía, decidiera quitársela a los agustinos y entregarla a la orden jerónima; le llevó algún tiempo, pues éstos no se harán cargo de la misma hasta el año 1510.

No obstante este cambio de manos, la Abadía empezó a perder importancia con la llegada al poder de los Austrias y, poco después, el rey Felipe II solicitó al Papa Pío V la anexión de la Abadía de Párraces al nuevo monasterio de San Lorenzo de El Escorial, que en esos años se estaba construyendo y al que quería engrandecer por ser fundación suya; en septiembre de 1565 todos los bienes de Párraces pasan a él, tomando posesión de los diezmos y terrenos que el otro tenía tanto en Aldeavieja como en los demás pueblos de su jurisdicción.

Tiene Aldeavieja pleitos con los jerónimos como los tuvo con los agustinos, y por las mismas causas; luchando siempre por que fuera reconocida su independencia con respecto a la Abadía y prefiriendo pertenecer a la jurisdicción del Obispado de Segovia; nunca lo conseguirá hasta que se produzca la Desamortización de Mendizábal en 1835 y la iglesia pierda sus beneficios económicos sobre los pueblos y aldeas a los que consideraba que eran de su propiedad.

Es curioso observar cómo los jerónimos, al citar las aldeas y lugares que pertenecen a San Lorenzo, reconocen que Aldeavieja había tenido iglesia parroquial desde siempre:

La casa y monasterio de Párraces está casi en medio de los lugares de la jurisdicción y Abadía, cinco leguas de Segovia y dos de Villacastín, cerca del arroyo que llaman Zuritano, y así fácilmente se acude a los negocios eclesiásticos ante el padre vicario de aquella casa, juez de ellos, en nombre del prior de San Lorenzo, y a tratar de las rentas y sus cobranzas con el padre procurador que las administra. Los lugares de la Abadía se llaman ansí al presente. Aldeavieja, que es cuatrocientos vecinos, y está el más apartado, tres leguas de Párraces, hacia Villacastin, y ansí tuvieron siempre iglesia parroquial.

Como curiosidad, cito el resto de lugares que, en ese momento, siglo XVII, pertenecían a Párraces:

Cobos es de doscientos y cincuenta vecinos. Bercial de 100. Muñopedro de 50 y Chavente de 20, y las casas de éste y sus términos todos son de San Lorenzo. Bernuy de 30 y también sus casas y términos son nuestros. Marugán de 150 vecinos. Etreros de 80 y Sangarcia de 40. El lugar nuevo de Moñivas tiene 14 casas con sus vecinos y las casas y labores todo es de San Lorenzo. Todos estos están a media legua y a tres cuartos poco más de Párraces, y antiguamente acudían a él a los bautismos, casamientos, entierros y aniversarios de sus difuntos, que era muy molesto en tiempo de los canónigos. Pero después acá se han hecho iglesias en todos o los más de ellos que les faltaban, y dándoles curas por San Lorenzo en cada lugar de ellos, hasta en el de Muñivas, con ser tan pequeño, considerando que está algo lejos de Párraces. Y demás de este aumento o granjería notable que han recibido después que se anejó a San Lorenzo el Abadia, también este convento los alivió de venir a sus aniversarios de los antepasados, que se enterraron en Párraces, que les era muy molesto y costoso venir a ellos en todo tiempo y traer las ofrendas, cera y recado para celebrarlos, por ser muchos entre año, y de los lugares todos fuera de Aldeavieja, y ansi se encargó todo esto a la casa de Párraces, que lo cumple por cierta limosna que ellos ofrecieron y gustaron de dar, muy moderada, por los oficios, cera, ofrendas y lo demás que ellos solían llevar y pagar, y ansi de todos ellos y de las misas y capellanías, recados, responsos y memoria pías que cumplían los canónigos, de todo ello hay una gran tabla, clara y bien ordenada a la puerta de la iglesia o sacristía de Párraces, y los religiosos que viven allí lo cumplen todo muy puntualmente a su tiempo, que fué gran merced y alivio de los vecinos eximirles de venir a esto tan de ordinario entre año, con lo demás que solían, en reconocimiento de la sujeción de Párraces, y por no tener iglesias ni curas particulares como ahora, y el aumento, predicación, doctrina, ejemplo, limosnas y otras buenas obras que ahora reciben, y no es la menor haberles libertado de soldados, por merced particular que el rey les hizo a suplicación de este monesterio, y haberse hecho en cada lugar una cilla o granero y casa para que a ella lleven sus diezmos todos de pan, porque los deben y pagan a Párraces todos estos lugares dichos, de todo lo que cogen y labran dentro de la Abadía y sus términos y fuera de ella, y de este modo, de los demás frutos y ganados, etc.

En fin, eran otros tiempos y otras costumbres; pero no deja de sorprender que esta situación de servidumbre haya durado durante casi setecientos años.

Y esto ha sido todo, espero que os haya interesado o entretenido.

 

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