En 1900, acabando ya el siglo XIX, el
periódico “El Diario de Ávila”, contaba, entre sus redactores, con un
joven poeta que se especializó en la poesía satírica y costumbrista, se trataba
de Francisco Delgado que, durante varios años, colaboró con ingeniosos
poemas, bajo el título genérico de “Guiso del País”, que normalmente aparecían
en primera página, sobre los más diversos temas, tanto políticos como simplemente
relativos a las costumbres y festejos que se producían en la provincia.
Como ejemplo de ellos, reproduzco dos
de ellos, de finales de agosto de 1900, en los que nos cuenta sus vacaciones en
Aldeavieja y su retorno a la capital; espero que os agraden.
Desde
Aldeavieja
Con
el fin de que no falte
entre
vosotros mi firma,
escribo
desde la era
este
fajo de cuartillas;
me
sirve de mesa el suelo
y
como no tengo tinta,
con
lápiz mal afilado
cuenta
os daré de la vida
que
hago por aquí.- A las ocho
me tiro de la camita,
me
desayuno y me voy
caballero
en mi tordilla,
á
San Cristobal ó bien
por
la carretera arriba;
como
á las doce y después
de
dormir, cojo á la Lincla,
que
es una perra de caza
que
á los canes causa envidia,
y
con el morral al hombro
y
la escopeta y un guía,
por
el Robledal alante
paso
la tarde tranquilo,
y
cuando el sol se despide
y
la noche se echa encima,
vuelvo
á mi casita, ceno
y
después en la cocina
hablo
con los labradores
de
cosas de la familia,
subo
á mi cuarto, me acuesto
y
hasta que amanece el día
duermo
á pierna suelta y no
pienso
más que en las gavillas,
en
el trigo y el centeno
y
en otros granos que animan
el
campo, y causan al ser
humano,
contento y dicha.
Desconocido
El
domingo por la tarde
de
Aldeavieja regresé,
y
en la ciudad de la Santa
por
fin me encuentro otra vez.
Y
digo por fin señores,
porque
me llegué a temer
un
naufragio, pues el agua
era
ya tanta, ¡pardiez!
que
crecieron los arroyos
y
la carretera fue
un
barrizal. Por supuesto
lo
que dije anteayer
de
cazar, fue guasa pura,
cualquiera
caza con el
tiempo
que se puso, digo;
primero
un viento de P.
repetida
y V doblada
y
una forma de llover
del
todo desconocida,
en
fin todo estuvo bien;
pero
ya que estoy de vuelta,
sin
quebrantos y sin que
el
físico y la moral
padeciera,
les diré
que
he vuelto mucho más gordo
y
guapo que me marché,
y
que estoy desconocido…
esa
es la palabra ¡eh!
No hay comentarios:
Publicar un comentario