5 de abril de 2021

Aldeavieja. Una de cine y IV. El hombre que mató a Don Quijote.

 

          La última entrega de esta serie sobre el cine rodado en Aldeavieja se va a centrar en la película “El hombre que mató a Don Quijote”; que es, por ahora, la única cinta internacional que sepamos  que se ha rodado (en parte, claro) en nuestro pueblo.


          Estamos en 2017 y, en el mes de abril, vimos crecer en lo alto de la sierra, junto a los aerogeneradores, una construcción poco acorde con nuestro paisaje: un molino de viento, un típico molino de tipo manchego; quien subía para averiguar a qué se debía aquello, se encontraba con un guardia de seguridad que impedía el paso y comentaba que se iba a rodar una película sobre Don Quijote; hasta ahí los hechos; después, otro día, se intensificó el tráfico por la carretera del campo y hasta allí subieron equipos de iluminación, sets de sonido, maquillaje, vestuario… vehículos con animales, roulotes que servirían de camerinos, bebidas, comidas… y se rodó, en lo alto de la dehesa de Regajales, una de las escenas más icónicas del cine y de la literatura españolas: la lucha de Don Quijote contra los molinos de viento.



          Pero no sólo eso, la película comienza allí, en lo alto de la sierra, un equipo de filmación, con sus carruajes, extras, estrellas, grúas, focos… etc… está rodando la escena anteriormente citada y, allí mismo, discuten y deciden cómo continuar pues lo que hasta ese momento han hecho no les satisface; a partir de ahí se desarrolla el film y allí acaba también, cuando el director de la película, transformado en una mezcla de don Quijote y de Sancho, lucha contra los molinos de viento, en un fondo de aerogeneradores y es salvado por una Dulcinea/ Sancho Panza.



          La película, dirigida por el mítico Terry Gilliam (recuérdense sus trabajos de actor con los Monty Python en obras como La vida de Brian, Los caballeros de la mesa cuadrada, La bestia del reino o como director de Las aventuras del barón Munchausen, El rey pescador, Doce monos, Los hermanos Grimm…) ha sido interpretada por Adam Driver, Jonathan Pryce, Olga Kurylenco y los españoles Jordi Mollá, Rossy de Palma, Sergi López…



          El argumento vuelve sobre las clásicas aventuras del cervantino Don Quijote, interpretado, esta vez, por un zapatero español que se cree haber reencarnado en él; le acompaña un Sancho Panza que, en realidad es un director de cine que se ve como obligado a acompañar al caballero para penar por unas faltas cometidas con anterioridad y es un continuo ir y venir del pasado al presente, de lo real a lo fantástico (de ahí los viejos molinos de viento junto a sus modernos hermanos de acero y aluminio) en un intento humorístico de recrear las antiguas andanzas del hidalgo manchego.



          No tuvo éxito en la taquilla y las críticas a la dirección y al tratamiento del guión no fueron especialmente buenas; no obstante, si tenéis ocasión, haced por verla; está muy bien interpretada y os sacará alguna sonrisa; un poco larga, quizás, 133 minutos.



         Al final, en los créditos, aparecen los lugares de filmación, entre ellos el “Parque Eólico Altos Albos, Villacastín” y, en el apartado de agradecimientos, se nombra a´”Excmo. Ayuntamiento de Santa María del Cubillo, Ávila”.



          Y esto ha sido todo.



29 de marzo de 2021

Aldeavieja. Una de cine III: Lala y Velvet.

 

          Hoy vamos a hablar de dos obras menores, si menores se pueden denominar un cortometraje y un capítulo de una serie televisiva.

          El cortometraje es Lala, rodado en 2009 por Esteban Crespo, de una duración aproximada de 19 minutos; la historia que cuenta es, según su propio director, …un regreso, un pueblo, un muerto, una familia… y un cuento. Así dicho parece un poco raro, en realidad narra el regreso, al pueblo natal, de una familia que reside en la gran ciudad para el entierro de un familiar y en ese regreso se habla de la niñez, de los amigos dejados, de las relaciones entre los miembros de esa familia y en el recuerdo de un cuento con que la abuela de uno de ellos les entretenía.

          

          El pueblo donde se rodó es San Martín de Valdeiglesias, pero la llegada a ese pueblo, al que no se nombra, se realiza por la carretera que une Blascoeles con Aldeavieja; desde dentro de un coche vemos una panorámica del pueblo y el recorrido por la bajada de la calle Ancha hasta la plaza, con especial insistencia en la torre de la iglesia.

          

          Este corto fue protagonizado por Mariví Bilbao, Marta Belenguer, Esther Ortega, Gustavo Salmerón, Nacho Guerreros y varios actores más; fue nominada a los Goya y obtuvo más de veinte premios en diferentes festivales dedicados al cortometraje.



-oOo-

          Por otra parte tenemos la serie Velvet, que todos conocéis y que tuvo un gran éxito en las pantallas de televisión.

          

          Recordaréis que la trama se basa, prácticamente, en las relaciones de una humilde costurera y el heredero de una mítica casa de moda; estos papeles estarán encarnados en los actores Paula Echevarría (como Ana) y Miguel Ángel Silvestre (como Alberto); los protagonistas estarán acompañados por actores de la talla de José Sacristán, Adrián Lastra y Aitana Sánchez Gijón; la serie fue creada por Ramón Campos y Gema R. Neira.



          Pues bien, en lo referente a su grabación en Aldeavieja, hay que remitirse al capítulo 9 de la primera temporada, emitido el 21 de abril de 2014, va a hacer ya siete años.



          En este capítulo, y durante más de cinco minutos, se desarrolla en la ermita de la Virgen del Cubillo una escena en la que Alberto va a casarse con Ana, en una boda privada sin más testigos que sus amigos más íntimos; se rueda en el camarín de la Virgen, al que la novia es llevada para ponerse el traje nupcial y, después, ante el altar mayor del templo, en el que, después de pensarlo, la novia huye sin dar el sí, por no querer ocultar su amor ante la gente.



          Hasta la próxima.




22 de marzo de 2021

Aldeavieja. Una de cine II: Marcelino pan y vino.

 

          La segunda película que se rodó en Aldeavieja es, por supuesto, Marcelino pan y vino; creo que eso es conocido por todos y puede que hasta alguno de los más viejos recuerde los días que, una parte del pueblo, la ermita de san Cristóbal, se convirtió en plató cinematográfico y en el que algunos de los vecinos, padres o abuelos de muchos de vosotros, participaron en el rodaje como extras.


          La película se rodó en 1954, por Ladislao Vajda, director húngaro afincado en España; fue un éxito nacional e internacional: Oso de Plata en Berlín, Mención Especial en el Festival de Cannes… tiene una duración de 91 minutos, rodada en blanco y negro y fotografiada por Heinrich Gartner. La música de Pablo Sorozábal y fue interpretada por Pablito Calvo, Rafael Rivelles, Fernando Rey, José Nieto…

          Está basada en la novela homónima de José María Sánchez Silva. La película gira en torno a la historia de Marcelino, un niño expósito que es recogido por unos frailes franciscanos. Un día, mientras está orando ante un crucificado, éste toma vida y comienza a comunicarse con Marcelino.

          Las escenas del pueblo se rodaron en La Alberca (Salamanca), todas las referentes al convento (las exteriores) se hicieron en la ermita del Cristo del Caloco (El Espinar) y, finalmente, las relativas a la Guerra de la Independencia y a la construcción del monasterio, que son las que nos interesan más, se grabaron en la ermita de San Cristóbal.

          El lugar ya debía de estar en la retina del director de fotografía, el austriaco Heinrich Gartner, pues aquí se rodaron, como recordaréis, algunas escenas de La Aldea Maldita y, además, al ir desde El Caloco a La Alberca verían, en la loma cercana a la carretera, las ruinas de la ermita, ¿Qué más querían?.



          En su momento se editó un álbum de cromos con escenas de la película, y de él sacamos el texto de las rodadas en el pueblo:


          “Hubo un tiempo durante el cual nuestro país estaba dominado por los ejércitos franceses de Napoleón. Había guerra y el tronar de los fusiles y de los cañones sonaba por todas partes”.

          “Allá arriba, donde ahora está el convento, había una gran casona de campo que, como todo el pueblo, quedó también destruida al terminarse la guerra con la victoria de los españoles”.


          “Los tres buenos frailes, sin importarles la enorme tarea que tenían delante… se dispusieron a dar comienzo a la obra con muy poco más que la ayuda de Dios”.


          “Algunos aldeanos se reían de su impericia. Pero una tarde comprendieron que hacían mal y cuando uno de los frailes, ya cansado, les preguntó qué querían, respondieron alegremente: -Queremos ayudar-“.

          “Enseguida, brazos fuertes y expertos vinieron en ayuda de los tres religiosos y la obra pudo avanzar mucho más deprisa, con la natural alegría de los pobrecillos franciscanos”.

          Por supuesto, los extras que hicieron de soldados franceses, patriotas españoles y campesinos ayudando en la construcción del convento, fueron habitantes de nuestra aldea; yo, personalmente, sólo reconozco a uno de ellos: Marcelino Herrero, alcalde a la sazón del pueblo; si reconocéis a alguno más… pues decidlo, así sabremos más del asunto.

          Como curiosidad, decir que la imagen del Cristo se encuentra, actualmente,  en el convento de las Carmelitas de Don Benito, en Badajoz, y es obra del escultor Antonio Simont.

          Hasta la próxima.

13 de marzo de 2021

Aldeavieja. Una de cine: "La Aldea Maldita"

 

          Ya sabéis que Aldeavieja ha servido como escenario del rodaje de varias películas, no muchas es la verdad pero no por ello poco importantes. La primera de la que tenemos noticia fue “La Aldea Maldita”.


          Este film se rodó en 1942, en plena posguerra, bajo la dirección de Florián Rey, que ya había realizado una primera versión, muda, en 1930. Esta nueva película cambió varias situaciones con respecto a la anterior para amoldarse a la situación político-social que la Guerra Civil había implantado en el país.

          Su argumento es el siguiente:

          Los hechos suceden en el pueblo salmantino de Luján, a finales del siglo XIX. Debido a una serie de desgracias climatológicas (sequía, pedrisco, fuertes tormentas) durante varios años seguidos, el pueblo se encuentra en una situación de pobreza y miseria que empuja a sus habitantes a emigrar a la ciudad en busca de un trabajo que mitigue sus problemas; Juan, un labrador en buena situación, se ve obligado, junto con sus aparceros y criados a hacer lo mismo, dejando a su mujer e hijo en la aldea; pero su esposa, Acacia, decide marchar también; no con él, sino por otro camino que la llevará a la prostitución y la degradación; pasado un tiempo Juan vuelve a la aldea y recupera su situación y su riqueza; Acacia también vuelve, pero convertida en una mendiga a la que reconocen los pastores de Juan; éste la va a buscar y la devuelve al hogar después de perdonar sus deslices.



          La película se rodó, además de en los estudios, en los escenarios naturales de Pedraza, que es el pueblo de Luján; Salamanca, la ciudad a la que se acude en busca de una nueva vida y, como no, en Aldeavieja, que servirá para recrear las afueras de la “aldea maldita”.

          Los actores que la interpretaron (hoy ya olvidados) fueron Florencia Becquer y Julio Rey de las Heras en los papeles protagonistas de Juan y Acacia y Victoria Franco, Pablo Hidalgo, Delfín Jerez y José Sepúlveda. Tiene una duración de 62 minutos.

          La fotografía, muy bella y en blanco y negro naturalmente, es muy cuidada y estuvo a cargo de Heinrich Gartner, judío austriaco que obligado a huir de su país durante el nazismo se instaló en España, participando, hasta su muerte en 1962, en más de 180 películas.


          Pero volvamos a las escenas rodadas en nuestro pueblo. La película está dividida en capítulos, encabezados por un cartelón, como se hacía en el cine mudo; el capítulo II, “El Éxodo”, nos muestra el momento en que los habitantes del pueblo lo abandonan en carros de bueyes y carretas en busca de una vida mejor; se produce la concentración y caravana de las carretas. Una amiga de Acacia, Luisa, la anima a que la acompañe si su marido no la quiere llevar, ella le hará un sitio en su carro, que va el último. Tras un grito final dirigido a su marido -que éste no oye- desde lo alto del calvario para que la lleve con é1, Acacia acude al llamamiento de Luisa y se va en su carreta, que se desvía en distinta dirección que el resto de la caravana. (El calvario es el alto donde se encuentra la ermita de San Cristóbal, se ven perfectamente las cruces y, al fondo, la mole del cerro de la Atalaya).


          La segunda ocasión en que sale es ya casi en el final, en el minuto 51 del rodaje, es el capítulo IV: “Nuestros campos vuelven a tener la bendición de Dios”, un rápido montaje muy a la rusa muestra la febril actividad de los labradores: arados tirados por los bueyes, labradores sembrando los campos, una procesión que los recorre solemnemente con un sacerdote que echa la bendición... La cosecha no puede ser más abundante: rebosan las espigas de grano, los carros de haces y las eras de sacas de trigo. Para rematar tanta felicidad, Acacia regresa en una escena que nos la muestra junto a las mismas tres cruces del calvario que el día de su marcha. Al pie de otra cruz es reconocida y socorrida  por uno de los pastores de Juan, que pone en conocimiento de su amo la noticia.


          Y eso es todo; espero que os haya interesado.