12 de octubre de 2025

Hace diez años.

 

El día 15 de octubre, hace ya diez años, 2015, publiqué la primera entrada de este blog, se trataba de una introducción, o explicación, de lo que pretendía hacer en él; como es muy corta la copio aquí, como recuerdo:

 

“Voy a comenzar a contaros una historia de Aldeavieja, una historia real y soñada; una historia sacada de los libros y de la cabeza; de la memoria de nuestros mayores y de las voces de la tierra; cuando paseas por sus calles, o por sus campos, sientes la presencia de cuantos han vivido antes que nosotros, escuchas sus deseos, sus odios, sus amores, sus alegrías y sus penas y he intentado plasmar en papel los sentimientos que me han llegado al oir esas voces.

Todo cuanto podáis leer es cierto, aunque no todo sea real; nada hay inventado… todo sucedió o pudo suceder.

Si leéis cosas extrañas o pensáis que algo de ello es falso… ¡decídmelo!, lo arreglaremos como buenos amigos.”

 

No sé si en este tiempo he conseguido atraer vuestra atención, que creo que sí, hay más de 123.000 visitas en estos diez años, 12.300 al año, mil al mes; teniendo en cuenta la poca población de nuestro pueblo pues… estoy contento.

 

Para celebrar estos diez años os voy a mostrar una imagen que, a día de hoy, ya no existe y, para nuestra desgracia, muy pocos de nosotros hemos visto, se trata de un cuadro, una acuarela realizada por mi primo José Santiago Perlado; es una vista de la Dehesa de Regajales, las casitas entre los cerros del Campo y Calvario donde hoy existe una gigantesca poza llena de agua que sirve para lavar la piedra que se saca de la cantera.



  

Gracias por leerme y, espero que sigamos, por lo menos, otros diez años más, sobre todo si cuento con vuestra ayuda. Un abrazo.

4 de octubre de 2025

Aldeavieja: 1986

 

 

En el número de 16 de mayo de 1986, El Diario de Ávila publicó una serie de artículos de Javier Santero dedicados a nuestro pueblo, acompañados de unas cuantas fotografías, que acompaño con los textos; como iréis viendo la imagen que presenta de Aldeavieja no ha perdido, en absoluto, su actualidad, relatándonos  los problemas que se sentían entonces, que parece que no hemos adelantado nada o muy poco. Lo primero es una breve introducción que va seguida de una sencilla descripción del Santuario de la Virgen del Cubillo para acabar con la impresión que le mereció su visita al pueblo; os dejo con ello y… ya me contaréis.



Aldeavieja es el último pueblo de la Provincia, según se va para Madrid por la carretera nueva. A poca distancia de las últimas casas del pueblo, aparecen ya las dos columnas de piedra que sirven de separación de las tierras abulenses y de las segovianas. Aldeavieja es uno de tantos pueblos de nuestra Ávila, pequeños, amables, con un deseo enorme, en todas ellas, de buscar mejor vida… Un pueblo con problemas, es lógico, pero al que nos hemos acercado para pasar un rato agradable. Y en Aldeavieja, un lugar que no debe ser olvidado: la ermita de la Virgen del Cubillo, monumento histórico-artístico de carácter nacional. De verdad, merece la pena.

El santuario de la Virgen del Cubillo, monumento herreriano con categoría nacional.



El Santuario de Nuestra Señora del Cubillo congrega cada año, por el 8 de septiembre, a cientos de fieles que en los alrededores de la ermita comen sobre las mesas de piedra y piden favores de la Virgen en el Santuario.

Este Santuario, situado a un par de kilómetros de Aldeavieja, es desde enero de 1980 monumento histórico artístico nacional, según consta en la misma ermita. Una ermita que adorna una de sus entradas, por la puerta por la que el santero nos permite entrar al interior, con un cuadro naif que representa la romería de septiembre.

Es una iglesia de estilo herreriano que hace años fue objeto de varios robos: cinco se produjeron en cuatro años. El santero está allí todo el día, pero por la noche la ermita se queda sin protección. En su interior, aparte de la imagen de la Virgen del Cubillo, hay varios cuadros, algunos de los cuales están siendo restaurados en El Prado.

Es una ermita bien cuidada y muy hermosa en su interior, que bajo el suelo guarda una parte del árbol en el que, según la tradición, se apareció la Virgen.

En el pueblo hay otra iglesia, la de San Sebastián, de menor valor que la ermita. También a las afueras, otra ermita, la vieja, que parece que ha sido vendida a particulares que la han cercado con alambre. Hasta ella hay un Vía Crucis que sale desde la plaza del pueblo y termina a sus mismas puertas. Algunas de sus cruces están rotas y otras ya han desaparecido.

Aldeavieja: un pueblo al lado de la carretera en el que podemos detenernos.

Javier Santero.



La primavera le sienta bien a Aldeavieja, un pueblo situado junto a la carretera Nacional 501, que sin duda muchos hemos visto al pasar de camino a Madrid o Segovia sin que, probablemente, hayamos sentido la tentación de detenernos unos minutos. La tentación existe, y en primavera aún más, porque el verde de la hierba llega hasta el mismo interior del pueblo y sobrepasa su iglesia dándole un aire distinto.

En estos días de la primavera los chicos, que salen pronto de la escuela, mezclan sus gritos y sus juegos con el canto de los pájaros, y corren por las calles del pueblo y se sientan sobre el verde. El último juego que les faltaba era el fotógrafo para correr a posar ante él, a la puerta de la escuela o bebiendo en la fuente de cuatro caños situada a un lado de la iglesia.

En esa tarde de primavera ni tan siquiera faltan a la cita los relámpagos sobre el horizonte ni los turistas que han detenido su furgoneta en la plaza y tratan de reparar alguna avería indiscreta, también en la hierba. En la tarde tranquila los perros pasean por las calles, unas mujeres tienden la ropa a la puerta de sus casas y el reloj de la iglesia de San Sebastián marca las cuatro menos veinticinco. La misma hora que marcaba cuando llegamos y la misma que marcará bastante tiempo después, cuando nos marchemos del pueblo.

Este pueblo, de alrededor de doscientos habitantes, tiene tres actividades principales: la ganadería, la agricultura y la construcción. La cantera que hay a pocos metros de la localidad no da trabajo más que a media docena de personas de Aldeavieja junto a otros de pueblos más lejanos. En el pueblo hay personas en paro que llevan meses detrás de un puesto allí, que no consiguen. Alguien comenta que hay una cierta discriminación hacia los del pueblo por un problema con alguien a quien no se le dejó cazar en el coto, pero tampoco se atreven a asegurar que esa sea la razón de que no cuenten con ellos.

De lo que sí hay queja es de que, aparte que el pueblo no saca un gran beneficio del trabajo de la cantera, lo único que ganan son los sembrados llenos de polvo.

La mayor parte de las casas del pueblo son edificaciones bajas, todas ellas con hogar, aunque hay algunas más nuevas de hasta tres pisos de altura, que desentonan bastante con el resto del pueblo. En una de las casas, probablemente la más grande del pueblo, y actualmente deshabitada, se agolpan las pintadas con el clásico lema de “Vivan los quintos del…” ¡Y hay pintadas de hace más de treinta y cinco años! Es una casa enorme, de otros tiempos, de aquellos años en que el pueblo “era de cuatro o cinco”. Probablemente durante la guerra fue cuartel de la Guardia Civil y Hospital, y hoy un lugar abandonado donde entran los muchachos a jugar.

Aldeavieja hace años que perdió su condición de municipio. Hoy día Aldeavieja y Blascoeles forman el Ayuntamiento de Santa María del Cubillo, lo que, en las actuales circunstancias, no hace feliz a algún habitante de Aldeavieja. El alcalde es “del otro sitio”, en tanto que de Aldeavieja sólo son tres concejales. Por eso hay quien piensa que el pueblo está un poco dejado de la mano de Dios.

La carretera es una parte esencial del pueblo, algo de lo que Aldeavieja no se puede separar. Cerca de la provincia de Segovia, vive junto a la carretera que es tan parte del pueblo como la hierba hasta la misma plaza, o el reloj que siempre marca las cuatro menos veinticinco.



28 de septiembre de 2025

Hace 50 años: la creación del municipio de Santa María del Cubillo.

 

Hace ya más de cincuenta años, aparecía en el “Diario de Ávila” de 14 de diciembre de 1974 la siguiente noticia:

La Excelentísima Diputación Provincial en sesión ordinaria celebrada bajo la presidencia del Excmo. Sr. D. Vicente Bosque Hita, gobernador civil de la Provincia…adoptó entre otros de menor importancia, los siguientes acuerdos:

Se acordó informar favorablemente el expediente de fusión de los municipios de Aldeavieja y Blascoeles, así como la constitución de un nuevo municipio que se denominará Santa María del Cubillo.



Tendría que pasar casi un año para que el B.O.E. publicara, firmado por el entonces Jefe del Estado, Francisco Franco, con fecha 2 de septiembre, el Decreto por el que se realizaba la esperada unión de los dos municipios:

18500 DECRETO 2027/1975, de 24 de julio, por el que se aprueba la fusión de los Municipios de Aldeavieja y Blascoeles (Avila).

Los Ayuntamientos de Aldeavieja y Blascoeles, de la provincia de Avila, adoptaron acuerdos con quórum legal de instruir expediente para la fusión de sus Municipios limítrofes, en base a que carecen de recursos económicos suficientes y a la escasa distancia de sus núcleos de población, de similares características.

El expediente se sustanció, con arreglo a las normas de procedimiento contenidas en la Ley de Régimen Local y en el Reglamento de Población y Demarcación Territorial de las Entidades Locales, sin reclamación alguna durante el período de información pública a que estuvieron sometidos los acuerdos municipales, y las bases aprobadas para la fusión previenen, entre otros extremos, que el nuevo municipio se denominará Santa María del Cubillo y tendrá su capitalidad en el núcleo de Aldeavieja.

La Diputación Provincial y el Gobierno Civil han informado en sentido favorable, y se ha puesto de manifiesto la realidad de los motivos invocados por los Ayuntamiento y la conveniencia de la fusión para posibilitar una mejor prestación de los servicios en los núcleos, concurriendo en el caso las causas prevenidas en los apartados a) y c) del artículo trece de la vigente Ley de Régimen Local.

En su virtud, de conformidad con los dictámenes emitidos por la Dirección General de Administración Local y Comisión Permanente del Consejo de Estado, a propuesta del Ministro de la Gobernación y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día diecisiete de julio de mil novecientos setenta y cinco,

DISPONGO:

Artículo primero.-Se aprueba la fusión voluntaria de los Municipios de Aldeavieja y Blascoeles (Avila) en uno, con el nombre de Santa María del Cubillo y capitalidad en el  núcleo de Aldeavieja.

Artículo segundo.-Queda facultado el Ministerio de la Gobernación para dictar las disposiciones que pudiera exigir el cumplimiento de este Decreto.

Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a veinticuatro de julio de mil novecientos setenta y cinco.

 

FRANCISCO FRANCO

 

El Ministro de la Gobernación,

JOSE GARCIA HERNANDEZ



Hace, pues, ya más medio siglo de la unión de Aldeavieja y Blascoeles en un solo municipio; en diciembre de ese año, 1975 (no hacía ni un mes de la muerte del dictador y ya se podía vislumbrar una pequeña apertura en el horizonte de la vida española), se reunían los Plenos de los dos municipios para crear la Gestora que habría de dirigir la nueva Corporación; así daba la noticia el “Diario de Ávila” con fecha 16 de diciembre:

Toma posesión la Comisión Gestora del Nuevo Municipio de Santa María del Cubillo.

En el día de ayer, se reunieron en la Casa Consistorial de la localidad de Aldeavieja, bajo la presidencia del subjefe provincial del Movimiento y delegado del excelentísimo señor gobernador civil para este acto, don José Luis Sánchez-Ferrero Martín, los miembros que integraban los Plenos de las Corporaciones Municipales de las localidades de Aldeavieja y Blascoeles, al objeto de proceder a la constitución del nuevo Municipio de Santa María del Cubillo, con capitalidad en el pueblo de Aldeavieja, como consecuencia de la fusión voluntaria de ambos, aprobada por Decreto 2027/1975 de 24 de julio, para designar la Comisión Gestora que ha de regir el nuevo Municipio, quedando constituida de la siguiente forma después de que sus miembros prestaron su juramento de fidelidad al Rey, a los Principios del Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales del Reino:

Presidente: don Andrés Gordo Zahonero, y como vocales: don Gregorio Sánchez Miguelsanz, don Andrés Gordo Zahonero, don Luis Pintos Gordo, don Teodoro Vázquez Vázquez y don Ramiro Vázquez Aragón.

Cerró el acto el subjefe quien, en nombre del excelentísimo señor gobernador civil y jefe Provincial del Movimiento, hizo la llamada a la solidaridad y espíritu de hermandad que debe reinar y existir en todo momento entre los vecinos de ambos Municipios extinguidos, al pasar a formar parte del nuevo constituido, deseando, al propio tiempo, todo género de venturas y de prosperidad a todos sus habitantes.

Se han cumplido cincuenta años y es hora de hacer balance, ¿positivo?. Cada uno tendrá su opinión; sólo hacer constar que la unión de los dos municipios en 1975 no fue la primera ocasión en que esto sucedía, pues ha habido más ocasiones en que se han fusionado ambos pueblos en un solo municipio, en los siglos XVIII y XIX; pero eran otras épocas y tal como se unían podían desunirse; hoy eso es casi imposible.

 

31 de agosto de 2025

Sobre el nombre de Blascoeles

 

          Hoy, para acabar el mes, vamos a ocuparnos un poco de los vecinos, esto es, de Blascoeles.


          En el ejemplar de 21 de noviembre de 1967,
  del “Diario de Ávila”, Pedro de Ulaca, periodista encargado de escribir artículos sobre la historia, costumbres y leyendas de la provincia, publicó las siguientes líneas en las que rememoraba el origen del nombre de la población de Blascoeles; parece una historia un poco llevada por los pelos, pero ahí lo dejo:

          “Se perdió el personaje Blasco entre las espesuras de los bosques cazando, y salieron los vecinos a buscarle, como era costumbre y necesidad con faroles, tañendo las campanas y los cimbalillos del contorno. Por fin respondió a las voces y uno de quienes le buscaban gritó: “Blasco!... Él es” Y el señor haciendo pie con su lanzón en el suelo dijo: “Este lugar se llamará Blasco-el-es en memoria del suceso”.

          Ya dije que la historia está tomada un poco por los pelos, pues ¿Cómo explicar que en el siglo XIX se nombrara a dicho pueblo como Blasconceles? Además, parece ser que el nombre viene dado por los repobladores de la comarca, allá por los siglos XII y XIII, provenientes del norte de la península, vascos o cántabros, que dejaron su impronta por toda la zona