21 de febrero de 2016

Aldeavieja: siglo XX. Epílogo

          Vuelve la paz y con ella un retorno a la normalidad; una normalidad con ausencias, con lutos, con alegrías; con gentes que se han tenido que marchar y otros que han vuelto al calor del terruño porque no hay trabajo ni tranquilidad en la ciudad.
          Esa vuelta a la cotidianidad se refleja también en las fiestas; la Virgen del Cubillo es la patrona y se vuelven a celebrar sus fiestas después de estos años de sangre; el periódico ABC en su número de 3 de septiembre de 1942, da cuenta de ello:
          Se resucita una fiesta tradicional abulense.
          Ávila 2, 10 noche. Existe gran animación en la región abulense ante el anuncio de renovación, en la villa de Aldeavieja, de una antigua fiesta tradicional en honor de la Virgen del Cubillo, aparecida en tiempos pasados a un pastor de aquella villa, sobre un pequeño tonel. Este año volverá a salir en procesión la imagen y resucitará la antigua costumbre de subasta de cintas y besamanos que tanto entusiasmaron siempre a los devotos de esta advocación mariana de las regiones abulense y segoviana.

          El Instituto Nacional de Estadística, con referencia al 31 de diciembre de 1950, nos da los siguientes datos, relativos a la población de Aldeavieja:
Provincia de Ávila.
Municipio: Aldeavieja
Superficie kms. cuadrados : 51,19
Entidad singular: Aldeavieja (capital)
Categoría: Lugar
Distancia (a la capital municipal): 22,0
Altitud m. : 1.205
Población de derecho: 530
Población de hecho: 504
En compacto
Edificaciones destinadas a viviendas: 140
Edificaciones destinadas a otros usos: 66
Otras construcciones (chozas, etc.): -
Núm. de viviendas (entre edificios y otras construcciones: 140
Habitantes de HECHO: 476
En diseminado
Edificaciones destinadas a viviendas: 11
Edificaciones destinadas a otros usos: 5
Otras construcciones (chozas, etc.) –
Núm. de viviendas (entre edificios y otras construcciones: 11
Habitantes de HECHO: 28

          Vuelve la normalidad, como decíamos, y esto conlleva, en un pueblo eminentemente agrícola, la lucha contra los elementos de la Naturaleza; es el mismo ABC el que, con fecha 23 de julio de 1954, nos conduce a la cruda realidad:
           LAS TORMENTAS HAN CAUSADO DAÑOS EN VARIOS PUEBLOS DE JAEN Y AVILA. Las tormentas de estos días han causado daños en la serranía abulense, desde la sierra de Villacastín hasta la de Gredos.
En el término de Aldeavieja los estragos son de consideración. Las aguas arrasaron las eras y cortaron la carretera por tres sitios. El grano recogido fue desparramado por la fuerte corriente.

          Y aquí termina la historia, todo lo demás es nuestra realidad; demográficamente el pueblo se vació en los años sesenta con una emigración imparable hacia las grandes ciudades, Madrid sobre todo; el trabajo del campo no rendía para sostener a toda la población y la vida en el campo era muy dura; esta emigración favoreció a los que se quedaron; al cambiar generacionalmente los encargados del trabajo se modernizaron los métodos, el trabajo se convirtió en trabajo solamente y no en lo único que se podía hacer en la vida; los tractores, las cosechadoras, el ordeñe automático, el estabulamiento del ganado acabaron con las típicas y bellas, pero duras, estampas de las eras, la trilla, la siega, el miedo a las tormentas con las parvas extendidas; el pastoreo…
          Las calles empedradas y llenas de aguas sucias, con los excrementos del ganado que pasaba diariamente, llenas de moscas y gallinas; sin alcantarillado, ni agua corriente y unas bombillas con aquella mortecina luz amarillenta que apenas iluminaba; casas de piso de barro apisonado o de cemento, con habitaciones como sepulcros, pequeñas y sin ventilación y una lumbre baja como única calefacción en la cocina; los ratones como huéspedes cotidianos.
          Aquel ir y venir a los caños con los cántaros y los botijos para el agua para la casa; las tinajas, quien las tenía, para almacenar esa agua; los pozos de agua casi insalubre; los trajes de pana, las boinas y los pañuelos negros en la cabeza; aquellos lutos eternos.
          Tantas y tantas cosas; algunas buenas, otras malas; unas se añoran, de otras mejor olvidarse; es, como todo, la vida; la época que nos toca vivir…
          Aldeavieja se une a Blascoeles como un único Ayuntamiento; esto no es nuevo, casi siempre han tenido un término común; la aparición de la cantera, aquel socavón que se trabajaba por un solo hombre con un pico y una pala y que hundió en el olvido toda la zona del Arca Madre y del arroyo, enriqueciendo al pueblo, dando trabajo y, como no, sus molestias de contaminación, porque nada es gratis.

          El parque eólico, la conducción del gasoducto, el asfaltado de las calles, el agua corriente, la electricidad, las nuevas casas modernas con todos los adelantos que la sociedad nos permite; coches en cada puerta, polideportivo, nuevos centros de esparcimiento, la autopista, la concentración parcelaria… en menos de cincuenta años Aldeavieja ha cambiado más que en los pasados dos mil; eso dice mucho de sus actuales pobladores.

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