Hoy, como hemos estrenado año, os voy
a contar una historia que ocurrió hace ya casi cien años, en septiembre de
1917, en Las Lanchas que, como todos sabéis, están en el Campo Azálvaro, una
vez pasado el río Voltoya, en dirección a Navalperal de Pinares.
Fue un suceso que se publicó en diez
periódicos distintos de toda España y que centró la atención durante tres días
consecutivos: 25, 26 y 27 del citado mes.
Los diarios que se hicieron eco de la
noticia fueron: El Diario de Alicante,
La Acción de Madrid, El Eco del Pueblo de Ávila, El Imparcial de Madrid, El Adelanto de Salamanca, El Adelantado de Segovia, El Noreste de La Coruña, La Vanguardia de Barcelona, La Correspondencia de España de Madrid y
El Diario Palentino.
Como vemos, se trató de un caso que fue
comentado por diarios de tirada nacional como La Vanguardia o El Imparcial
hasta diarios locales de pequeñas y medianas ciudades; ¿qué pasó?, ¿qué sucedió
para conseguir ese interés generalizado?; se trató de un hecho sangriento, y ya
sabemos lo que una historia así llama la atención del público en general.
Sucedió lo siguiente, según cuenta el
periódico más cercano a los hechos, El
Eco del Pueblo, de Ávila:
1917/
25 septiembre (El Eco del Pueblo, Ávila) Entre guardas y cazadores.
Un muerto y dos heridos graves.
A última hora de la tarde de ayer se tuvo conocimiento en esta capital
de un suceso desarrollado en la dehesa Cuartel de la Lancha, término del Campo
Azálbaro.
De las averiguaciones que hemos practicado parece deducirse que a las
ocho de la mañana del día de ayer los guardas de la dehesa Teodoro del Mazo y
Pedro de San Segundo, sorprendieron a dos cazadores entretenidos en apoderarse
de los conejos que habían caído en los lazos, puestos por los
arrendatarios.
Les dieron el alto e inmediatamente los cazadores respondieron con una
descarga, cayendo heridos los dos guardas.
Uno de ellos, Teodoro del Mazo, trabajosamente y a pesar de la herida
que sufría pudo hacer uso de su tercerola sobre sus agresores.
Cayó uno herido mortalmente, en tanto el otro huyó con precipitación.
Llamábase aquél Juan Estévez, y es vecino de Navalperal de Pinares.
Falleció a los pocos momentos.
Tan pronto como tuvo noticia del hecho el Juzgado instructor de esta
capital, con la mayor premura, adoptó las más acertadas medidas, gracias a la
cuales pudo ser capturado inmediatamente el otro cazador furtivo que se llama
Mariano Iglesias y es conocido por el apodo de Viviri.
El guarda Teodoro del Mazo ha sido trasladado en estado grave a esta
capital, ingresando en el Hospital; Pedro de San Segundo, su compañero, lo ha
sido a Madrid, donde se le ha practicado una delicada operación, inspirando
serios temores las heridas que sufre.
El referido Pedro no llevaba al ocurrir el hecho tercerola.
Penosa impresión ha producido este suceso en los pueblos comarcanos
donde eran muy conocidos los protagonistas.
Acabamos con el artículo del último
periódico que se hace eco del suceso; se trata de “El Diario Palentino”, del día 27 de septiembre:
1917/27
septiembre (El Diario Palentino. Palencia)
Castilla
la Vieja.
Ávila.- Los cazadores furtivos. En Aldea Vieja, salieron a recorrer el
monte de que son guardas Teodoro del Mazo y Vicente Pedro San Segundo.
Al llegar a la finca, vieron a un cazador furtivo, al que echaron el
alto.
El cazador, lejos de intimidarse, disparó su escopeta contra Vicente San
Segundo, que cayó a tierra gravemente herido.
Entonces Teodoro, hizo fuego contra quien acababa de agredir a su
compañero, hiriéndole; pero aún le quedaron fuerzas al cazador para cargar de
nuevo la escopeta matando al guarda.
Algunas personas que atravesaban el monte, descubrieron el hecho,
recogiendo los cadáveres del guarda Teodoro y del cazador furtivo, y
encontrando al otro guarda en gravísimo estado.
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