La segunda película que se rodó en
Aldeavieja es, por supuesto, Marcelino pan y vino; creo que eso
es conocido por todos y puede que hasta alguno de los más viejos recuerde los
días que, una parte del pueblo, la ermita de san Cristóbal, se convirtió en
plató cinematográfico y en el que algunos de los vecinos, padres o abuelos de
muchos de vosotros, participaron en el rodaje como extras.
Está basada en la novela homónima de
José María Sánchez Silva. La película gira en torno a la historia de Marcelino,
un niño expósito que es recogido por unos frailes franciscanos. Un día,
mientras está orando ante un crucificado, éste toma vida y comienza a
comunicarse con Marcelino.
Las escenas del pueblo se rodaron en
La Alberca (Salamanca), todas las referentes al convento (las exteriores) se
hicieron en la ermita del Cristo del Caloco (El Espinar) y, finalmente, las
relativas a la Guerra de la Independencia y a la construcción del monasterio,
que son las que nos interesan más, se grabaron en la ermita de San Cristóbal.
El lugar ya debía de estar en la
retina del director de fotografía, el austriaco Heinrich Gartner, pues aquí se
rodaron, como recordaréis, algunas escenas de La Aldea Maldita y,
además, al ir desde El Caloco a La Alberca verían, en la loma cercana a la
carretera, las ruinas de la ermita, ¿Qué más querían?.
En su momento se editó un álbum de
cromos con escenas de la película, y de él sacamos el texto de las rodadas en
el pueblo:
“Hubo un tiempo durante el cual nuestro país estaba dominado por los ejércitos franceses de Napoleón. Había guerra y el tronar de los fusiles y de los cañones sonaba por todas partes”. “Allá arriba, donde ahora está el convento, había una gran casona de campo que, como todo el pueblo, quedó también destruida al terminarse la guerra con la victoria de los españoles”.
“Los tres buenos frailes, sin
importarles la enorme tarea que tenían delante… se dispusieron a dar comienzo a
la obra con muy poco más que la ayuda de Dios”.
“Algunos aldeanos se reían de su
impericia. Pero una tarde comprendieron que hacían mal y cuando uno de los
frailes, ya cansado, les preguntó qué querían, respondieron alegremente:
-Queremos ayudar-“.
Como curiosidad, decir que la imagen
del Cristo se encuentra, actualmente, en
el convento de las Carmelitas de Don Benito, en Badajoz, y es obra del escultor
Antonio Simont.
Hasta la próxima.
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