Mientras Aldeavieja arde en fiestas
celebrando a su patrona, España se encuentra en guerra; es la guerra
hispano-yanqui, en la que se perderán los restos de lo que fue el mayor imperio
del mundo; los soldados españoles, mal vestidos, mal armados y peor mandados,
morirán mil muertes en Cuba y en Filipinas; las enfermedades, la escasez, y
además, el fuego enemigo, acabarán con muchos de ellos; este año de 1898 se da
cuenta, en el Diario Oficial del
Ministerio de la Guerra, del fallecimiento del soldado, natural de
Aldeavieja, Matías Alborno Gordo, en el pueblo de Manzanillo (Santiago de Cuba)
víctima de alguna de las múltiples enfermedades que atacaban a los soldados
destacados en Ultramar.
Voy a resumir ahora la historia de
uno de ellos: Domingo Castro Camarena, hijo del pueblo y uno de los “últimos de
Filipinas”, que, por fortuna, ha sido reconocido dando su nombre a una calle
del mismo. Domingo nació en Aldeavieja alrededor de 1875, su padre era un
cantero gallego y su madre, Blasa, de Aldeavieja; es casi seguro que la fuente
de los cuatro caños fuera construída por su padre con su ayuda, pues se dedicó
al oficio paterno; al llegarle la edad correspondiente fue llamado a filas y
enviado a las islas Filipinas, llegando cuando la insurrección independentista
estaba en su auge; un año resistió, junto con sus compañeros, en Baler, los
ataques de los filipinos y cuando, al fin, se rindieron, supieron que su lucha
había sido en balde, pues la guerra se había perdido ya hacía casi un año.
Vuelto a España ingresó en el cuerpo de Carabineros, residiendo hasta su
fallecimiento en Galicia, de donde procedía su esposa.
A continuación, siguen
una serie de artículos de la prensa de esa época, en los que se trata de las
vicisitudes corridas por nuestro personaje a su vuelta a la patria; no siempre
los héroes (y más si son humildes) son reconocidos.
Fotografía de los
supervivientes de Baler, el señalado con el número 30 es Domimgo.
Documentación.
1899.
Madrid, 2 de septiembre. El Día. Edición de la noche.
El Destacamento de
Baler.
En el vapor “Alicante”, que llegó
ayer a Barcelona, regresó a la Península el heroico destacamento de Baler.
Después de visarse la documentación
por la Sanidad Marítima, rodearon el buque infinidad de embarcaciones llenas de
gente. Algunos individuos cayeron al agua, sin más consecuencia que el
correspondiente remojón.
Subieron a bordo el gobernador
militar, señor García Navarro, con su ayudante de campo, los jefes y oficiales
del Depósito de Ultramar y una Comisión de la Cruz Roja.
El viaje ha sido felicísimo.
El “Alicante” conduce 119 pasajeros
para Barcelona, 31 de tránsito, entre ellos siete Hermanas de la Caridad, 21
frailes, dos capitanes, tres primeros tenientes y 12 segundos.
Viene el destacamento de Baler,
compuesto de los siguientes individuos pertenecientes al batallón
expedicionario núm. 3.
Segundo teniente, D, Saturnino Martín
Cerero,; médico D. Rogelio Vigil Quiñones; cabos, Jesús García Quijano, herido
de bala en el pie izquierdo, José Oliva Conejero, corneta Santos González
Roncal.
Soldados: (sigue la lista completa).
Los individuos del destacamento de
Baler muéstranse reconocidos por las demostraciones de simpatía que les han
tributado en Manila, donde les colmaron de agasajos, abriéndose una suscripción
que produjo 100 pesos para cada uno.
El general Jaramillo y los jefes y
oficiales de infantería presentes en Manila regalaron a cada soldado una placa
de oro y plata y a los oficiales de oro y brillantes, recordando la fecha de la
llegada a Manila.
El desembarco se efectuó con los
trámites acostumbrados.
El capitán general no ha recibido
orden del Gobierno para que se les tributasen honores militares. Dispuso que
subieran los jefes, oficiales y soldados del destacamento de Baler a su
despacho, donde les ha dirigido una arenga que terminó con muchos vivas a
España.
El conde de Caspe abrazó a los
oficiales, dirigiendo a los soldados cariñosas frases.
En el patio de la capitanía general
se ha fotografiado el destacamento.
Después marcharon a los cuarteles de
Jaime I, donde los obsequiaron con un banquete que se celebra ahora.
El Ayuntamiento ha enviado efectos de
ornato para la mesa, y el alcalde los obsequiará con cigarros al final del
banquete.
1899/
30 septiembre (La Correspondencia Militar) RECOMPENSAS A LOS HEROES DE BALER.
Por los importantes servicios
prestados por las fuerzas del Ejército, destacadas en Baler (Filipinas), y del
heroico comportamiento observado en la defensa de dicho pueblo hasta el 7 de
Agosto de 1898, en cuyo día fue rechazado el enemigo y puesto en precipitada
fuga al intentar asaltar y quemar la iglesia, por Real Orden que publica hoy el
Diario Oficial se conceden las gracias que se expresan a los que componían
aquel destacamento que a continuación se relacionan:
Infantería.(…) Domingo Castro
Camarena…cruz de plata del Mérito Militar, con distintivo rojo y la pensión
mensual de 7,50 pesetas, vitalicia.
Por otra Real Orden de la misma
fecha, que inserta el Diario Oficial, en consideración a los importantes
servicios prestados por las fuerzas del Ejército destacadas en Baler
(Filipinas) y del heroico comportamiento observado en los diferentes hechos de
armas ocurridos en la defensa de dicho pueblo desde el 8 de Agosto de 1898
hasta el 2 de Junio de 1899, se han concedido a los oficiales, clases e
individuos de tropa comprendidos en la siguiente relación las recompensas que
se expresan:
Infantería.- (…) cruz de plata del
Mérito Militar con distintivo rojo y la pensión mensual de 7,50 pesetas,
vitalicia…soldados…Domingo Castro Camarena…
1899.
sábado 7 de octubre. La Victoria. Semanario de Béjar.
Quince
pesetas.
Se ha concedido a los bizarros
defensores de Baler todo lo que se les podía otorgar con arreglo a la rutina
burocrática: una pensión de 50 céntimos de peseta diarios, ó 15 pesetas por
barba cada mes… y para toda la vida.
No será muy larga la que disfruten
esos repatriados que dejaron su salud en el ingrato suelo filipino.
Suma la recompensa de todos los
soldados de Baler menos de 4000 pesetas anuales.
Bien barato sale al Tesoro el
heroísmo auténtico de esos españoles, cuando tan caras ha pagado las
capitulaciones y la entrega de plazas que pudieron resistir mucho mejor que el
fortín de Baler…
Un general que prepara con sus
torpezas formidable insurrección y deja indefensa la entrada, con poco trabajo
inexpugnable, de una bahía, vive como un gran señor disfrutando pingües sueldos
y pensiones.
Otro general que pacta
ignominiosamente con los rebeldes, reconociendo su beligerancia y dándoles el
dinero que después les sirvió para levantarse nuevamente contra la madre
patria, sigue percibiendo su gran sueldo y recoge una cruz laureada de San Fernando con cuantiosa
pensión transmisible a sus herederos.
Otros generales a quienes tribunales
de honor y el Supremo de Guerra y Marina condenan a la pérdida de su carrera,
contra toda ley y justicia pasan a la escala de reserva y cobran los pingües
sueldos correspondientes a sus empleos.
Los que prepararon y consumaron la
ruina nacional viven y medran, gobiernan y mandan…
Y el heróico destacamento de Baler,
continuador de la gloriosa tradición militar española, recibe como premio de la
página brillantísima escrita con su sangre generosa, misérrima limosna, que es
acusación formidable y baldón eterno para los que, en castigo de grandes
pecados, rigen los destinos de España.
¡Crueles contrastes los que ofrece
cada día la justicia de los gobiernos
liberales que padecemos!
Se instruye expediente para conceder
la más alta de las recompensas al general Linares, director de la defensa de
Santiago de Cuba.
¿Qué le hubieran dado si manda el
destacamento de Baler?
Martínez Campos cobra 14 ó 15000
duros al año por diversos conceptos, sin tener en su hoja de servicios nada que
se parezca, de lejos, a la gloriosa acción de esos pistolos.
¿Qué cobraría si hubiera pertenecido
a ese destacamento cuyos soldados en junto van a cobrar 4000 pesetas anuales?
Es verdad que esos soldados pueden recibir, además de dicha recompensa, la cruz de San Fernando, con
la pensión correspondiente, si después de celebrado el juicio contradictorio,
informa favorablemente el Consejo Supremo de Guerra y Marina.
Pero… verán ustedes a cuántos de
ellos se les concede.
X
1899.
Madrid, 16 de octubre. La Correspondencia Militar.
Impresiones.
Hemos tenido el gusto de saludar en
esta Redacción, favorecida con su visita, a los soldados Marcelo Adrián Obregón
y Domingo Castro Camarena, que formaron parte del heroico destacamento de
Baler.
Tantas veces nos hemos ocupado de esa
hermosa página, espléndida como un sol, hermosa como una esperanza, escrita por
los más humildes, razón tal vez por la que no desconfiaban en su patriótico
candor, de los destinos de la Patria, que nada nuevo podríamos decir sobre la
gratitud, activa si se nos permite decirlo así, que se les debe.
Donde quiera que llegan estos
valientes, la solicitud de las autoridades se apresura a librarles, librándonos
todos de una vergüenza, de las torturas del hambre.
Estos a quienes hoy nos referimos no
pueden ni deben ser una excepción.
Estamos seguros de que el señor
ministro de la Guerra, tan celoso por deber y carácter, de los prestigios
militares, procurará que la Nación acredite, en forma práctica y digna, que
todavía puede hacerse de antemano el sacrificio de la vida, si no por la
victoria, a lo menos por su honor.
Los Héroes de Baler.
Enterada la Reina por el Sr. Jordán
de que se hallan en Madrid los soldados de Baler Marcelo Adrián Obregón y
Domingo Castro Camarena, encargado el primero del depósito de víveres del
destacamento por ser afecto al cuerpo de Administración Militar, ordenó que le
fueran éstos presentados pasado mañana miércoles. Ese día irán a Palacio
acompañados por el Sr. Jordán, de quien vienen recibiendo grandes pruebas de
cariño, de ese que sólo sienten y practican quienes poseen como él el
patriotismo, que nosotros somos los primeros en reconocerle y aplaudirlo.
1899.
Madrid, martes 17 de octubre. El Correo Militar.
…Enterada la Reina de que se hallaban
en Madrid dos individuos del destacamento, los soldados Domingo Castro Camarena
y Marcelo Adrián Obregón, manifestó el deseo de conocerles y mañana serán
presentados por el capitán Cerezo.
S.M. en esta ocasión, como en otras
muchas, al seguir los impulsos de su corazón. Se muestra unificada con la
opinión pública, que ve satisfecha al jefe del Estado la comunidad de
pensamiento que entre ambos existe.
1899.
Madrid, miércoles 18 de octubre. La Correspondencia Militar.
Los del destacamento de
Baler.
Esta mañana estuvieron en Palacio,
con objeto de cumplimentar a la Reina, los dos soldados del destacamento de
Baler, a quienes nos referimos en anteriores días.
Les acompañaban los jefes de dicho
heroico destacamento, Sres. Martín Cerezo y Vigil.
S.M. tuvo frases muy cariñosas para
los valientes defensores del destacamento de Baler y, dirigiéndose a los
soldados, les manifestó que todo cuanto pudiera hacer por ellos, dentro de lo
legal y de lo justo, lo haría, porque su patriótico y bizarro proceder les
hacía acreedores al cariño y a la consideración de todos los buenos españoles.
Lo mismo los oficiales que los
soldados del heroico destacamento, salieron satisfechísimos de la acogida que
les había dispensado S.M.
1908.
Madrid, 7 de marzo (La Correspondencia Militar) LOS HEROES DE BALER.
Hoy publica el Diario Oficial la ley
concediendo una pensión vitalicia de 60 pesetas mensuales a los tres cabos, un
corneta y 40 soldados de Infantería que componían la guarnición de Baler, así
como a un sanitario encargado de la enfermería de aquella plaza.
Los nombres de los valientes a
quienes alcanzan los beneficios de esta ley, son los siguientes:
Soldados de segunda:…Domingo Castro
Camarena…
1908.
Madrid, martes 28 de julio. La Correspondencia de España.
Los héroes de Baler.
Petición justa.
En la procesión del Corpus celebrada
en Ribadeo (Lugo), un piquete de carabineros formaba parte de ella, dando
escolta al Santísimo.
Entre los carabineros, uno que atraía
las miradas de cuantos presenciaban el paso de la procesión.
Llevaba en el pecho muchas
condecoraciones, entre las cuales se destacaba una placa apenas conocida.
Un oficial del Ejército, que se
encontraba en aquel lugar, sintió curiosidad por conocer la placa que el
carabinero ostentaba, y llamándole, le rogó le explicase a qué Orden militar
pertenecía aquella condecoración.
El carabinero mostró al oficial la
placa, que tenía la siguiente inscripción:
“Al destacamento de Baler, el
general, jefes y oficiales del arma de Infantería presentes en Manila, a su
llegada el 8 de julio de 1899. Recuerdo al soldado Domingo Castro”.
Era, pues, uno de aquellos valientes
que con heroísmo imponderable lucharon por la integridad patria, haciendo
eternamente gloriosa la defensa de Baler.
El héroe llevaba también un librito,
que mostró con legítimo orgullo, en el que se veían las firmas de todos los que
formaban el valiente destacamento.
Para la salud del valeroso soldado,
la campaña de Filipinas, con los rigores del clima y lo penoso del servicio,
que obligaba a vigilar de día y de noche, no ha podido tener consecuencias más
fatales.
Domingo Castro se halla muy enfermo,
habiendo sufrido dos hemoptisis.
Al oficial del ejército a quien el
defensor de Baler fue presentado, expresó éste su deseo de prestar sus
servicios como carabinero en Monforte, por la circunstancia de tener en esta
población su familia y la de su esposa, y poder por esto atender mejor a su
delicada salud.
Cuantas gestiones se han realizado
desde aquella fecha para complacer a este valiente soldado, resultaron
estériles.
La plantilla del Cuerpo de
Carabineros que prestan servicio en Monforte está completa, y esto impide que
el infeliz Castro pueda ser trasladado a dicho punto, pues –como él mismo dice-
si lo sorprende la muerte, desea morir al lado de los suyos.
Nada es, en efecto, tan sublime como
ofrecer el sacrificio de la vida en defensa de la patria; pero no sólo con la
admiración debemos expresar nuestra gratitud a los héroes.
Del director general de Carabineros,
general Franch, es de esperar que, haciendo un bien, estudie el medio de que el
héroe Domingo Castro logre su legítimo deseo.
1908.
Madrid, viernes 31 de julio. El Día.
Un héroe de Baler.
Dice nuestro querido colega La Correspondencia de España en su
número correspondiente al día 28, que Domingo Castro Carmona, uno de los
supervivientes del heroico destacamento de Baler, que como carabinero presta
sus servicios en el puesto de Ribadeo de la Comandancia de Lugo, expresó su
deseo a un oficial del Ejército de ser trasladado a Monforte donde, por tener
familia, podría mejor atender al restablecimiento de su salud, que trajo muy
quebrantada de Filipinas; traslado; agrega el colega –que no puede conseguir
por estar cubierta la plantilla del puerto de Monforte, y termina rogando al
director de carabineros, general Señor Franch, estudie el medio de que el héroe
logre su deseo.
Nosotros unimos nuestro ruego al del
popular diario y pedimos también al veterano general acceda a lo que el hoy
carabinero Carmona solicita; pues si bien por estar cubierta la plantilla de
Monforte, no va a causarse el perjuicio a ningún individuo de trasladarlo a
otro punto, para llevarlo a él, creemos
que todo podría compaginarse destinándole como agregado hasta que
pudiera cubrir la primera vacante que ocurriese, es lo menos que creemos podría
hacerse por quien con tal tesón y tanto valor supo defender la sagrada enseña
de la patria en aquellas alejadas tierras que en otros tiempos pertenecieron a
España.
1908/16
julio (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra)
Pensiones.
Excmo. Sr.: En vista
del escrito que V. E. dirigió a este Ministerio con fecha 18 de abril último,
consultando la forma en que deba reclamarse una pensión vitalicia de 60 pesetas
mensuales, concedida por la ley de 6 de marzo del corriente año (O.L. núm. 88)
al soldado repatriado que componía, entre otros, la guarnición de Baler (islas
Filipinas), y hoy carabinero, Domingo Castro Camarena; y teniendo en cuenta que
el interesado se encuentra prestando, sus servicios en Hacienda, el Rey (q. D.
g.), de acuerdo con lo informado por la Ordenación de pagos de Guerra en 19 de
junio próximo pasado, ha tenido a bien disponer se manifieste a V. E. que por
dicho departamento de Hacienda corresponde abonar al expresado carabinero la
pensión de que se trata.
De real orden lo digo a
V. E. para su conocimiento y demás efectos. Dios guarde a V. E. muchos años.
Madrid 14 de julio de 1908.
PRIMO DE RIVERA
Señor Director general
de Carabineros.
Seños Ordenador de
pagos de Guerra.
1908.
Madrid, jueves 17 de agosto. El Día.
Otra excepción.
Para los héroes de Baler, para aquel
puñado de valientes que tan alto pusieron el nombre de España en uno de los más
hermosos episodios de las últimas guerras, votaron las Cortes a principios de
este año una ley que les concede a cada uno la pensión mensual de sesenta
pesetas.
Todos empezaron a cobrarla
oportunamente, menos uno: el hoy carabinero Domingo Castro Camarena, quien, a
pesar de haber llamado a las puertas oficiales en demanda de lo que por derecho
le corresponde, a pesar de haber acudido a todas partes solicitando noticias de
un asunto que tanto le interesa, está en la fecha que aún no ha cobrado un
céntimo de dicha pensión.
Y todo por haber ingresado en un
Cuerpo que tiene por principal objeto el defender los intereses del Tesoro, que
es el que ha de sufragar los gastos de dicha concesión.
Ignoramos las causas que hayan podido
existir para que el héroe Castro no perciba desde luego, como el resto de sus
compañeros, la suma que por el referido concepto le corresponde.
Será por triquiñuelas de la administración,
por defectos del presupuesto: no lo sabemos ni nos importa.
Lo cierto es, que al carabinero
Domingo Castro se le están irrogando dos perjuicios: uno material y otro moral,
que afecta de un modo directo a la colectividad a la que pertenece.
Esto es lo que nos consta de un modo
indudable y esto es lo que conviene evitar a todo trance.
¿Por qué razón no se le abona a dicho
individuo la pensión de que tratamos con cargo al mismo crédito que sufraga las demás?
1931.
Madrid, jueves 23 de julio. La Correspondencia Militar.
Nos escriben…
Publicamos con mucho gusto la
siguiente carta que acabamos de recibir:
Señor director de La Correspondencia
Militar. Madrid. Muy señor mío: hemos visto el artículo publicado en el
periódico de su digna dirección, La Correspondencia Militar, de fecha de 13 del
actual, “Los Hijos del Cuerpo”, artículo que he leído con verdadera
satisfacción, pues su autor es, sin duda, una persona de sanos sentimientos, y
no pudiendo expresarle mi agradecimiento de otra manera, lo hago desde las
líneas de este periódico.
Un hijo del Cuerpo ha estado en
África en los años 1925 y 1926, habiendo solicitado el ingreso en carabineros y
teniendo noticias que aún tardará en ingresar unos años -¡que esperanza!-
casado con familia y viviendo del escaso retiro de mi padre, Domingo Castro
Camarena, uno de los héroes del destacamento de Baler (Filipinas), hombre que
consagró su vida entera a servir a su Patria; y hoy su vejez se haría más llevadera
si su único hijo estuviese en carabineros, pues siempre sería una ayuda a las
necesidades de su humilde hogar.
También serían los hijos del Cuerpo
mejores carabineros que otros, pues yo tengo acompañado a mi padre en muchos
servicios y hasta incluso escrito actas de aprehensión, por estar mi padre
cansado del largo y fatigado camino.
Señor director: perdone tanta
impertinencia a este su humilde servidor q.b.s.m. Tomás Castro Rodríguez.
--o0o--
En 1904 Saturnino Martín Cerezo, jefe
de la posición de Baler durante el sitio, que más tarde llegaría a general y le
sería concedida la Cruz Laureada de San Fernando, escribió un libro sobre el
asedio: “El sitio de Baler”; después
de relatar todas las vicisitudes ocurridas, llega al momento en que se rinden e
inician su marcha hacia Manila para ser repatriados; en este viaje a través de
Filipinas les ocurrieron numerosas incidencias, en una de ellas cuenta como al
salir de una de las aldeas les obligaron a que sus pertenencias (las de los
oficiales) fueran transportadas por unos animales de carga que les dieron a tal
efecto:
…algunos momentos después me trajeron
un carabao, diciéndome que hiciese cargar en él los equipajes…no tuve más
remedio que transigir, y confiando la vigilancia del carabao a uno de mis
soldados, Domingo Castro Camarena, quedamos en el pueblo aguardando el
hallazgo, en tanto que se alejaba la columna.
Nos pusimos en marcha…cuando al llegar
cerca de Bongabon se nos adelantaron ambos jefes y, habiendo escuchado que
alguien sollozaba en el bosque, fueron al sitio de donde partían los gemidos,
encontrándose a Castro Camarena, el conductor de nuestros equipajes.
Ignoro la sorpresa que les pudiera
causar este acontecimiento. El soldado les dijo que algunos indios le habían
acometido de improviso y, luego de amarrarle, habíanle quitado todo el dinero
que llevaba, desapareciendo con el carabao que conducía. Desligárosle
bondadosos y, presumo yo, que compadecidos del percance, siguieron al referido
Bongabon, y allí se unieron a los restantes de la fuerza…
Al final del libro incluye una
relación de la filiación de los supervivientes del sitio; ésta es la de nuestro
hombre:
Relación
filiada de los individuos de tropa supervivientes.
Soldado:
Domingo Castro Camarena
Padres:
José y Blasa
Edad:
23
Estado:
soltero
Profesión:
Cantero
Pueblo:
Aldeavieja
Provincia:
Ávila