4 de enero de 2016

Aldeavieja: siglo XIX. 6.

          Mientras Aldeavieja arde en fiestas celebrando a su patrona, España se encuentra en guerra; es la guerra hispano-yanqui, en la que se perderán los restos de lo que fue el mayor imperio del mundo; los soldados españoles, mal vestidos, mal armados y peor mandados, morirán mil muertes en Cuba y en Filipinas; las enfermedades, la escasez, y además, el fuego enemigo, acabarán con muchos de ellos; este año de 1898 se da cuenta, en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, del fallecimiento del soldado, natural de Aldeavieja, Matías Alborno Gordo, en el pueblo de Manzanillo (Santiago de Cuba) víctima de alguna de las múltiples enfermedades que atacaban a los soldados destacados en Ultramar.
          Voy a resumir ahora la historia de uno de ellos: Domingo Castro Camarena, hijo del pueblo y uno de los “últimos de Filipinas”, que, por fortuna, ha sido reconocido dando su nombre a una calle del mismo. Domingo nació en Aldeavieja alrededor de 1875, su padre era un cantero gallego y su madre, Blasa, de Aldeavieja; es casi seguro que la fuente de los cuatro caños fuera construída por su padre con su ayuda, pues se dedicó al oficio paterno; al llegarle la edad correspondiente fue llamado a filas y enviado a las islas Filipinas, llegando cuando la insurrección independentista estaba en su auge; un año resistió, junto con sus compañeros, en Baler, los ataques de los filipinos y cuando, al fin, se rindieron, supieron que su lucha había sido en balde, pues la guerra se había perdido ya hacía casi un año. Vuelto a España ingresó en el cuerpo de Carabineros, residiendo hasta su fallecimiento en Galicia, de donde procedía su esposa.
          A continuación, siguen una serie de artículos de la prensa de esa época, en los que se trata de las vicisitudes corridas por nuestro personaje a su vuelta a la patria; no siempre los héroes (y más si son humildes) son reconocidos.



                                           Fotografía de los supervivientes de Baler, el señalado con el número 30 es Domimgo.

Documentación.
1899. Madrid, 2 de septiembre. El Día. Edición de la noche.
El Destacamento de Baler.
          En el vapor “Alicante”, que llegó ayer a Barcelona, regresó a la Península el heroico destacamento de Baler.
          Después de visarse la documentación por la Sanidad Marítima, rodearon el buque infinidad de embarcaciones llenas de gente. Algunos individuos cayeron al agua, sin más consecuencia que el correspondiente remojón.
          Subieron a bordo el gobernador militar, señor García Navarro, con su ayudante de campo, los jefes y oficiales del Depósito de Ultramar y una Comisión de la Cruz Roja.
          El viaje ha sido felicísimo.
          El “Alicante” conduce 119 pasajeros para Barcelona, 31 de tránsito, entre ellos siete Hermanas de la Caridad, 21 frailes, dos capitanes, tres primeros tenientes y 12 segundos.
          Viene el destacamento de Baler, compuesto de los siguientes individuos pertenecientes al batallón expedicionario núm. 3.
          Segundo teniente, D, Saturnino Martín Cerero,; médico D. Rogelio Vigil Quiñones; cabos, Jesús García Quijano, herido de bala en el pie izquierdo, José Oliva Conejero, corneta Santos González Roncal.
          Soldados: (sigue la lista completa).
          Los individuos del destacamento de Baler muéstranse reconocidos por las demostraciones de simpatía que les han tributado en Manila, donde les colmaron de agasajos, abriéndose una suscripción que produjo 100 pesos para cada uno.
          El general Jaramillo y los jefes y oficiales de infantería presentes en Manila regalaron a cada soldado una placa de oro y plata y a los oficiales de oro y brillantes, recordando la fecha de la llegada a Manila.
          El desembarco se efectuó con los trámites acostumbrados.
          El capitán general no ha recibido orden del Gobierno para que se les tributasen honores militares. Dispuso que subieran los jefes, oficiales y soldados del destacamento de Baler a su despacho, donde les ha dirigido una arenga que terminó con muchos vivas a España.
          El conde de Caspe abrazó a los oficiales, dirigiendo a los soldados cariñosas frases.
          En el patio de la capitanía general se ha fotografiado el destacamento.
          Después marcharon a los cuarteles de Jaime I, donde los obsequiaron con un banquete que se celebra ahora.
          El Ayuntamiento ha enviado efectos de ornato para la mesa, y el alcalde los obsequiará con cigarros al final del banquete.
1899/ 30 septiembre (La Correspondencia Militar) RECOMPENSAS A LOS HEROES DE BALER.
          Por los importantes servicios prestados por las fuerzas del Ejército, destacadas en Baler (Filipinas), y del heroico comportamiento observado en la defensa de dicho pueblo hasta el 7 de Agosto de 1898, en cuyo día fue rechazado el enemigo y puesto en precipitada fuga al intentar asaltar y quemar la iglesia, por Real Orden que publica hoy el Diario Oficial se conceden las gracias que se expresan a los que componían aquel destacamento que a continuación se relacionan:
          Infantería.(…) Domingo Castro Camarena…cruz de plata del Mérito Militar, con distintivo rojo y la pensión mensual de 7,50 pesetas, vitalicia.
          Por otra Real Orden de la misma fecha, que inserta el Diario Oficial, en consideración a los importantes servicios prestados por las fuerzas del Ejército destacadas en Baler (Filipinas) y del heroico comportamiento observado en los diferentes hechos de armas ocurridos en la defensa de dicho pueblo desde el 8 de Agosto de 1898 hasta el 2 de Junio de 1899, se han concedido a los oficiales, clases e individuos de tropa comprendidos en la siguiente relación las recompensas que se expresan:
          Infantería.- (…) cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo y la pensión mensual de 7,50 pesetas, vitalicia…soldados…Domingo Castro Camarena…
1899. sábado 7 de octubre. La Victoria. Semanario de Béjar.
Quince pesetas.
          Se ha concedido a los bizarros defensores de Baler todo lo que se les podía otorgar con arreglo a la rutina burocrática: una pensión de 50 céntimos de peseta diarios, ó 15 pesetas por barba cada mes… y para toda la vida.
          No será muy larga la que disfruten esos repatriados que dejaron su salud en el ingrato suelo filipino.
          Suma la recompensa de todos los soldados de Baler menos de 4000 pesetas anuales.
          Bien barato sale al Tesoro el heroísmo auténtico de esos españoles, cuando tan caras ha pagado las capitulaciones y la entrega de plazas que pudieron resistir mucho mejor que el fortín de Baler…
          Un general que prepara con sus torpezas formidable insurrección y deja indefensa la entrada, con poco trabajo inexpugnable, de una bahía, vive como un gran señor disfrutando pingües sueldos y pensiones.
          Otro general que pacta ignominiosamente con los rebeldes, reconociendo su beligerancia y dándoles el dinero que después les sirvió para levantarse nuevamente contra la madre patria, sigue percibiendo su gran sueldo y recoge una cruz  laureada de San Fernando con cuantiosa pensión transmisible a sus herederos.
          Otros generales a quienes tribunales de honor y el Supremo de Guerra y Marina condenan a la pérdida de su carrera, contra toda ley y justicia pasan a la escala de reserva y cobran los pingües sueldos correspondientes a sus empleos.
          Los que prepararon y consumaron la ruina nacional viven y medran, gobiernan y mandan…
          Y el heróico destacamento de Baler, continuador de la gloriosa tradición militar española, recibe como premio de la página brillantísima escrita con su sangre generosa, misérrima limosna, que es acusación formidable y baldón eterno para los que, en castigo de grandes pecados, rigen los destinos de España.
          ¡Crueles contrastes los que ofrece cada día la justicia de los gobiernos liberales que padecemos!
          Se instruye expediente para conceder la más alta de las recompensas al general Linares, director de la defensa de Santiago de Cuba.
          ¿Qué le hubieran dado si manda el destacamento de Baler?
          Martínez Campos cobra 14 ó 15000 duros al año por diversos conceptos, sin tener en su hoja de servicios nada que se parezca, de lejos, a la gloriosa acción de esos pistolos.
          ¿Qué cobraría si hubiera pertenecido a ese destacamento cuyos soldados en junto van a cobrar 4000 pesetas anuales?
          Es verdad que esos soldados pueden recibir, además de dicha recompensa, la cruz de San Fernando, con la pensión correspondiente, si después de celebrado el juicio contradictorio, informa favorablemente el Consejo Supremo de Guerra y Marina.
          Pero… verán ustedes a cuántos de ellos se les concede.
X



1899. Madrid, 16 de octubre. La Correspondencia Militar.
Impresiones.
          Hemos tenido el gusto de saludar en esta Redacción, favorecida con su visita, a los soldados Marcelo Adrián Obregón y Domingo Castro Camarena, que formaron parte del heroico destacamento de Baler.
          Tantas veces nos hemos ocupado de esa hermosa página, espléndida como un sol, hermosa como una esperanza, escrita por los más humildes, razón tal vez por la que no desconfiaban en su patriótico candor, de los destinos de la Patria, que nada nuevo podríamos decir sobre la gratitud, activa si se nos permite decirlo así, que se les debe.
          Donde quiera que llegan estos valientes, la solicitud de las autoridades se apresura a librarles, librándonos todos de una vergüenza, de las torturas del hambre.
          Estos a quienes hoy nos referimos no pueden ni  deben ser una excepción.
          Estamos seguros de que el señor ministro de la Guerra, tan celoso por deber y carácter, de los prestigios militares, procurará que la Nación acredite, en forma práctica y digna, que todavía puede hacerse de antemano el sacrificio de la vida, si no por la victoria, a lo menos por su honor.
Los Héroes de Baler.
          Enterada la Reina por el Sr. Jordán de que se hallan en Madrid los soldados de Baler Marcelo Adrián Obregón y Domingo Castro Camarena, encargado el primero del depósito de víveres del destacamento por ser afecto al cuerpo de Administración Militar, ordenó que le fueran éstos presentados pasado mañana miércoles. Ese día irán a Palacio acompañados por el Sr. Jordán, de quien vienen recibiendo grandes pruebas de cariño, de ese que sólo sienten y practican quienes poseen como él el patriotismo, que nosotros somos los primeros en reconocerle y aplaudirlo.
1899. Madrid, martes 17 de octubre. El Correo Militar.
          …Enterada la Reina de que se hallaban en Madrid dos individuos del destacamento, los soldados Domingo Castro Camarena y Marcelo Adrián Obregón, manifestó el deseo de conocerles y mañana serán presentados por el capitán Cerezo.
          S.M. en esta ocasión, como en otras muchas, al seguir los impulsos de su corazón. Se muestra unificada con la opinión pública, que ve satisfecha al jefe del Estado la comunidad de pensamiento que entre ambos existe.
1899. Madrid, miércoles 18 de octubre. La Correspondencia Militar.
Los del destacamento de Baler.
          Esta mañana estuvieron en Palacio, con objeto de cumplimentar a la Reina, los dos soldados del destacamento de Baler, a quienes nos referimos en anteriores días.
          Les acompañaban los jefes de dicho heroico destacamento, Sres. Martín Cerezo y Vigil.
           S.M. tuvo frases muy cariñosas para los valientes defensores del destacamento de Baler y, dirigiéndose a los soldados, les manifestó que todo cuanto pudiera hacer por ellos, dentro de lo legal y de lo justo, lo haría, porque su patriótico y bizarro proceder les hacía acreedores al cariño y a la consideración de todos los buenos españoles.
          Lo mismo los oficiales que los soldados del heroico destacamento, salieron satisfechísimos de la acogida que les había dispensado S.M.
1908. Madrid, 7 de marzo (La Correspondencia Militar) LOS HEROES DE BALER.
          Hoy publica el Diario Oficial la ley concediendo una pensión vitalicia de 60 pesetas mensuales a los tres cabos, un corneta y 40 soldados de Infantería que componían la guarnición de Baler, así como a un sanitario encargado de la enfermería de aquella plaza.
          Los nombres de los valientes a quienes alcanzan los beneficios de esta ley, son los siguientes:
          Soldados de segunda:…Domingo Castro Camarena…
1908. Madrid, martes 28 de julio. La Correspondencia de España.
Los héroes de Baler.
Petición justa.
          En la procesión del Corpus celebrada en Ribadeo (Lugo), un piquete de carabineros formaba parte de ella, dando escolta al Santísimo.
          Entre los carabineros, uno que atraía las miradas de cuantos presenciaban el paso de la procesión.
          Llevaba en el pecho muchas condecoraciones, entre las cuales se destacaba una placa apenas conocida.
          Un oficial del Ejército, que se encontraba en aquel lugar, sintió curiosidad por conocer la placa que el carabinero ostentaba, y llamándole, le rogó le explicase a qué Orden militar pertenecía aquella condecoración.
          El carabinero mostró al oficial la placa, que tenía la siguiente inscripción:
          “Al destacamento de Baler, el general, jefes y oficiales del arma de Infantería presentes en Manila, a su llegada el 8 de julio de 1899. Recuerdo al soldado Domingo Castro”.
          Era, pues, uno de aquellos valientes que con heroísmo imponderable lucharon por la integridad patria, haciendo eternamente gloriosa la defensa de Baler.
          El héroe llevaba también un librito, que mostró con legítimo orgullo, en el que se veían las firmas de todos los que formaban el valiente destacamento.
          Para la salud del valeroso soldado, la campaña de Filipinas, con los rigores del clima y lo penoso del servicio, que obligaba a vigilar de día y de noche, no ha podido tener consecuencias más fatales.
          Domingo Castro se halla muy enfermo, habiendo sufrido dos hemoptisis.
          Al oficial del ejército a quien el defensor de Baler fue presentado, expresó éste su deseo de prestar sus servicios como carabinero en Monforte, por la circunstancia de tener en esta población su familia y la de su esposa, y poder por esto atender mejor a su delicada salud.
          Cuantas gestiones se han realizado desde aquella fecha para complacer a este valiente soldado, resultaron estériles.
          La plantilla del Cuerpo de Carabineros que prestan servicio en Monforte está completa, y esto impide que el infeliz Castro pueda ser trasladado a dicho punto, pues –como él mismo dice- si lo sorprende la muerte, desea morir al lado de los suyos.
          Nada es, en efecto, tan sublime como ofrecer el sacrificio de la vida en defensa de la patria; pero no sólo con la admiración debemos expresar nuestra gratitud a los héroes.
          Del director general de Carabineros, general Franch, es de esperar que, haciendo un bien, estudie el medio de que el héroe Domingo Castro logre su legítimo deseo.
1908. Madrid, viernes 31 de julio. El Día.
Un héroe de Baler.
          Dice nuestro querido colega La Correspondencia de España en su número correspondiente al día 28, que Domingo Castro Carmona, uno de los supervivientes del heroico destacamento de Baler, que como carabinero presta sus servicios en el puesto de Ribadeo de la Comandancia de Lugo, expresó su deseo a un oficial del Ejército de ser trasladado a Monforte donde, por tener familia, podría mejor atender al restablecimiento de su salud, que trajo muy quebrantada de Filipinas; traslado; agrega el colega –que no puede conseguir por estar cubierta la plantilla del puerto de Monforte, y termina rogando al director de carabineros, general Señor Franch, estudie el medio de que el héroe logre su deseo.
          Nosotros unimos nuestro ruego al del popular diario y pedimos también al veterano general acceda a lo que el hoy carabinero Carmona solicita; pues si bien por estar cubierta la plantilla de Monforte, no va a causarse el perjuicio a ningún individuo de trasladarlo a otro punto, para llevarlo a él, creemos  que todo podría compaginarse destinándole como agregado hasta que pudiera cubrir la primera vacante que ocurriese, es lo menos que creemos podría hacerse por quien con tal tesón y tanto valor supo defender la sagrada enseña de la patria en aquellas alejadas tierras que en otros tiempos pertenecieron a España.
1908/16 julio (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra)
Pensiones.
Excmo. Sr.: En vista del escrito que V. E. dirigió a este Ministerio con fecha 18 de abril último, consultando la forma en que deba reclamarse una pensión vitalicia de 60 pesetas mensuales, concedida por la ley de 6 de marzo del corriente año (O.L. núm. 88) al soldado repatriado que componía, entre otros, la guarnición de Baler (islas Filipinas), y hoy carabinero, Domingo Castro Camarena; y teniendo en cuenta que el interesado se encuentra prestando, sus servicios en Hacienda, el Rey (q. D. g.), de acuerdo con lo informado por la Ordenación de pagos de Guerra en 19 de junio próximo pasado, ha tenido a bien disponer se manifieste a V. E. que por dicho departamento de Hacienda corresponde abonar al expresado carabinero la pensión de que se trata.
De real orden lo digo a V. E. para su conocimiento y demás efectos. Dios guarde a V. E. muchos años. Madrid 14 de julio de 1908.
PRIMO DE RIVERA
Señor Director general de Carabineros.
Seños Ordenador de pagos de Guerra.
1908. Madrid, jueves 17 de agosto. El Día.
Otra excepción.
          Para los héroes de Baler, para aquel puñado de valientes que tan alto pusieron el nombre de España en uno de los más hermosos episodios de las últimas guerras, votaron las Cortes a principios de este año una ley que les concede a cada uno la pensión mensual de sesenta pesetas.
          Todos empezaron a cobrarla oportunamente, menos uno: el hoy carabinero Domingo Castro Camarena, quien, a pesar de haber llamado a las puertas oficiales en demanda de lo que por derecho le corresponde, a pesar de haber acudido a todas partes solicitando noticias de un asunto que tanto le interesa, está en la fecha que aún no ha cobrado un céntimo de dicha pensión.
          Y todo por haber ingresado en un Cuerpo que tiene por principal objeto el defender los intereses del Tesoro, que es el que ha de sufragar los gastos de dicha concesión.
          Ignoramos las causas que hayan podido existir para que el héroe Castro no perciba desde luego, como el resto de sus compañeros, la suma que por el referido concepto le corresponde.
          Será por triquiñuelas de la administración, por defectos del presupuesto: no lo sabemos ni nos importa.
          Lo cierto es, que al carabinero Domingo Castro se le están irrogando dos perjuicios: uno material y otro moral, que afecta de un modo directo a la colectividad a la que pertenece.
         Esto es lo que nos consta de un modo indudable y esto es lo que conviene evitar a todo trance.
          ¿Por qué razón no se le abona a dicho individuo la pensión de que tratamos con cargo al  mismo crédito que sufraga las demás?
1931. Madrid, jueves 23 de julio. La Correspondencia Militar.
Nos escriben…
          Publicamos con mucho gusto la siguiente carta que acabamos de recibir:
          Señor director de La Correspondencia Militar. Madrid. Muy señor mío: hemos visto el artículo publicado en el periódico de su digna dirección, La Correspondencia Militar, de fecha de 13 del actual, “Los Hijos del Cuerpo”, artículo que he leído con verdadera satisfacción, pues su autor es, sin duda, una persona de sanos sentimientos, y no pudiendo expresarle mi agradecimiento de otra manera, lo hago desde las líneas de este periódico.
          Un hijo del Cuerpo ha estado en África en los años 1925 y 1926, habiendo solicitado el ingreso en carabineros y teniendo noticias que aún tardará en ingresar unos años -¡que esperanza!- casado con familia y viviendo del escaso retiro de mi padre, Domingo Castro Camarena, uno de los héroes del destacamento de Baler (Filipinas), hombre que consagró su vida entera a servir a su Patria; y hoy su vejez se haría más llevadera si su único hijo estuviese en carabineros, pues siempre sería una ayuda a las necesidades de su humilde hogar.
          También serían los hijos del Cuerpo mejores carabineros que otros, pues yo tengo acompañado a mi padre en muchos servicios y hasta incluso escrito actas de aprehensión, por estar mi padre cansado del largo y fatigado camino.
          Señor director: perdone tanta impertinencia a este su humilde servidor q.b.s.m. Tomás Castro Rodríguez.

                                                        --o0o--

          En 1904 Saturnino Martín Cerezo, jefe de la posición de Baler durante el sitio, que más tarde llegaría a general y le sería concedida la Cruz Laureada de San Fernando, escribió un libro sobre el asedio: “El sitio de Baler”; después de relatar todas las vicisitudes ocurridas, llega al momento en que se rinden e inician su marcha hacia Manila para ser repatriados; en este viaje a través de Filipinas les ocurrieron numerosas incidencias, en una de ellas cuenta como al salir de una de las aldeas les obligaron a que sus pertenencias (las de los oficiales) fueran transportadas por unos animales de carga que les dieron a tal efecto:
          …algunos momentos después me trajeron un carabao, diciéndome que hiciese cargar en él los equipajes…no tuve más remedio que transigir, y confiando la vigilancia del carabao a uno de mis soldados, Domingo Castro Camarena, quedamos en el pueblo aguardando el hallazgo, en tanto que se alejaba la columna.
          Nos pusimos en marcha…cuando al llegar cerca de Bongabon se nos adelantaron ambos jefes y, habiendo escuchado que alguien sollozaba en el bosque, fueron al sitio de donde partían los gemidos, encontrándose a Castro Camarena, el conductor de nuestros equipajes.
          Ignoro la sorpresa que les pudiera causar este acontecimiento. El soldado les dijo que algunos indios le habían acometido de improviso y, luego de amarrarle, habíanle quitado todo el dinero que llevaba, desapareciendo con el carabao que conducía. Desligárosle bondadosos y, presumo yo, que compadecidos del percance, siguieron al referido Bongabon, y allí se unieron a los restantes de la fuerza…

          Al final del libro incluye una relación de la filiación de los supervivientes del sitio; ésta es la de nuestro hombre:
Relación filiada de los individuos de tropa supervivientes.
Soldado: Domingo Castro Camarena
Padres: José y Blasa
Edad: 23
Estado: soltero
Profesión: Cantero
Pueblo: Aldeavieja

Provincia: Ávila

1 comentario:

  1. Buen artículo pero, aquellos soldados fueron mal nutridos y mal mandados, NO mal armados. Tenían el fusil de repetición Mauser, el más moderno de su tiempo.

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