Agapito Marazuela fue unos de los músicos y folkloristas más importantes
de nuestro país durante el siglo XX. Fue, también, concertista de guitarra y de
dulzaina reconocido internacionalmente.
Nació en Valverde del Majano (Segovia) el 20 de noviembre de 1891; su
primer oficio fue el de dulzainero, con el que se ganó la vida hasta que se fue
a Madrid, en 1920, en que inició su carrera como concertista de guitarra; entre
esta fecha y 1932 recorrió buena parte de Castilla recogiendo cantos y melodías
tradicionales con las que compuso la obra de su vida: el Cancionero de Castilla la Vieja.
Entre las poblaciones que visitó se encontraba, por supuesto, Aldeavieja.
Aquí, de los labios del tío Simón (del que no hemos podido conocer más que su
nombre y de que era tamborilero) recogió hasta siete canciones populares que
vamos a mostrar aquí.
La primera es una versión de Los
Sacramentos, pieza que se interpretaba con pandero y almirez en las
rondas y cuya letra dice así:
A tu puerta hemos llegado,
debajo de los portales,
por ver si puedo sacar
los sacramentos cabales,
los sacramentos cabales.
A tu puerta hemos llegado
debajo de los portales.
Después aparece una de las tonadas que se cantaban en las bodas de la región, con
acompañamiento de dulzaina:
Comienzo en nombre de Dios
y de la Virgen María
y del Santo Sacramento
que en la misa se decía.
Corrió un hombre
y puso luego
a sus labios celestiales
en una caña una esponja
llena de miel y vinagre.
Recogemos, también, otro canto
de bodas que, en este caso, oyó en Blascoeles:
Esta noche la novia no tiene frío,
ea, ea, ea, no tiene frío
porque duerme en los brazos de su marido,
ea, ea, ea, de su marido.
La novia está contenta porque ya tiene
ea, ea, ea, porque ya tiene
quien la cuenta cositas y la entretiene
ea, ea, ea, y la entretiene.
Entre los llamados Cantos de Oficio, encontramos El laurel, del género de
seguidillas, y que dice así:
Que no haga arrugas,
préndete ese pañuelo,
en laurel, clavel y rosa.
Préndete ese pañuelo
que no haga arrugas,
que no haga arrugas
que ya vienen al baile
en laurel, clavel y rosa
las que murmuran.
Las que murmuran
con la lengua afilada
en laurel, clavel y rosa.
con la lengua afilada
la vista aguda.
La vista aguda
y el corazón tan falso
en laurel, clavel y rosa
y el corazón tan falso
que te saludan.
Perdió la honda
un vaquerillo madre
en laurel, clavel y rosa
un vaquerillo madre
perdió la honda.
Perdió la honda
por andar a los claveles
en laurel, clavel y rosa,
por andar a claveles
para su novia.
Entre las que se pueden llamar canciones puras, recogió ésta, llamada La casa de los locos:
Si tú te mueres, mi vida,
si tú te mueres, salero,
la casita de los locos
ha de ser mi paradero;
la casita de los locos
ha de ser mi paradero.
Y esta otra, titulada Los confites:
Si me diste confites, vida mia,
no me los dieras,
ya me los he comido, vida mia,
vete a la mierda
Si me quieres de balde, vida mia,
toda soy tuya
pero por el dinero, vida mia,
cosa denguna.
Portalito
de la iglesia,
cuántas
ligas habrás visto,
cuántos
pecados mortales
habrás
cometido a Cristo.
ESTRIBILLO
Al salir el sol
te
quisiera ver
ramito
de oliva
y hoja
de laurel,
hoja
de laurel,
hoja
de laurel,
al
salir el sol
te
quisiera ver.
A la
mar fuí por naranjas,
cosa
que la mar no tiene;
metí
la mano en el agua,
la
esperanza me sostiene.
(Al estribillo
.)
Como curiosidad, y
para terminar, decir que en otra de las tonadas recogidas por Agapito, esta vez
en las Vegas de Matute y Fuentemilanos, titulada El Caracol, se nombra a
Aldivieja (que es una forma de llamar a nuestro pueblo muy común por los
alrededores), como sede del prior (se supone que del monasterio de Párraces)
que hace una serie de regalos a una joven y cuya letra dice así:
A tu puerta hemos llegado veinticinco caballeros,
saca veinticinco sillas si quieres que nos sentemos.
Saca una para mi y otra pa mi compañero
y los que silla no tengan que se sienten en el suelo.
Aquí te traigo la ronda, te la traigo de Hontanares,
tengo las albarcas rotas, se me salen los deales.
Caracol, cómo pica el sol, los pájaros pían,
levántate muchacha que viene el día.
Para ti, que no para mi, que soy segoviano,
ese ramo de flores ¿quién te le ha dado?
-Me le ha dado el padre prior que está en Aldivieja,
también me ha dado un peine pa la cabeza
y un abanico con muchos picos y muchas flores
para que te diviertas con mis amores
y una campana
para que te dispierte por la mañana.
(Si ponéis en youtube la siguiente dirección; https://www.youtube.com./watch?v=JU4auxUMht2I, podréis escuchar las seguidillas del laurel interpretada por el mismísimo
Agapito Marazuela).
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