Hoy nos dedicaremos al
tercer cerro: Cantogordo, vamos bajando de cota, pues “sólo” tiene una altura
de 1335 metros.
Lo primero de lo que
nos vamos a ocupar es de su nombre: Cantogordo, ¿de dónde viene?, CANTO, según
el diccionario, es toda piedra de cierto tamaño que está redondeada por la
acción geológica o climática y, en efecto, la cima del cerro, como todos los
demás, es redondeada y GORDO, no hay que romperse mucho la cabeza para saber
que se refiere a su tamaño; pero es una denominación muy común en toda esta
parte de Castilla; hay un Cantogordo en Pedro Bernardo, otro cerca de
Cercedilla, hasta lo podemos encontrar en la Rioja alavesa, próximo a
Labastida; pero, quizás el más famoso es el que, también, es conocido como
“Silla de Felipe II”, en San Lorenzo del Escorial y al que también se conoce
con este nombre; son pequeños cerros redondeados en una zona montañosa.
Para llegar a él, lo
mejor es coger el Camino de Arriba del Cubillo y un poco antes de llegar a la
fuente de “Las Majás” desviarse por el camino que la concentración parcelaria
ha explanado y que utiliza un antiguo sendero que iba a reunirse con el antiguo
Camino que llevaba a Navalperal de Pinares, del que hemos hablado cuando nos
referimos al Cerro del Campo. Vamos ascendiendo poco a poco, pasamos los prados
y, dejando a la derecha unos pinares y a la izquierda un pequeño regato,
salimos a campo abierto, a la zona de Majalhoyo; un poco antes, a la izquierda
habremos pasado por delante de uno de los pocos ejemplares de quejigo que hay
en el pueblo.
Ahora hay un tramo con
vegetación baja, mientras vemos como fondo los altos de la sierra y los molinos
de viento; a poco entramos de nuevo en un bosquecillo de pinos y ya estamos
cerca de la cima; a la izquierda una senda casi invisible nos llevará entre
canchales y matas de tomillo y cantueso hasta los “cantos” de la cumbre;
paraos… la vista es tremenda; girad sobre vosotros mismos y ved el panorama: el
pueblo, el Valle, las pequeñas arboledas, los prados, los caminos, los cerros y
los montes que nos rodean por el sur, este y oeste y allá, enfrente, al norte,
la llanura castellana: “ancha es Castilla”.
Volvemos por la
vertiente contraria a la que hemos seguido para continuar, por el paraje
llamado El Andrinal, cruzamos lo que, más abajo, se convertirá en el Arroyo del
Marqués y, después de una corta subida, nos encontramos con el antiguo Camino a
Peguerinos, hoy convertido en una ancha pista que baja hasta la fuente de La
Jarrera, dejando a la izquierda la Cruz del Comandante, lugar donde hace poco
más de cien años (en 1917) que un rayo fulminó a un oficial de la Guardia Civil
que estaba cazando por estos lugares y que tuvo la mala fortuna de cobijarse de
la lluvia bajo un árbol sobre el que cayó el referido fenómeno eléctrico.
Luego, al final de este
camino nos encontraremos en el Camino del Cubillo, justo donde empieza la
bajada de la Cuesta de Matancavera.
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