Ahora nos vamos a
ocupar de los arroyos que están más en la parte sur del municipio; primero los
que están en el lado norte de la sierra.
Uno de los más
importantes, pues es el que riega (o regaba) el Valle es el arroyo de la Fuente
del Espino, del que ya hicimos un relato especial y monográfico en nuestra
entrada del 6 de marzo de 2020; sólo decir de él que nace en el mismo Valle,
muy cerca del camino de arriba de la Virgen y acaba poco antes de la linde con
Villacastín al unirse al arroyo del Marqués a la altura de la Peña Horcada.
Desde el puerto de la
Cruz de Hierro baja un regato que, según a qué vertiente se dirige, recibe un
nombre u otro, si va hacia el sur, hacia la llanura del campo Azálvaro para
regar sus praderas y alimentar al río Voltoya, recibe el nombre de Jatillo,
pero si cae hacia la vertiente norte, recibe el nombre de Castaño o Castañar y
bajando por Majaljoyo hacia la Jarrera viene a unirse, poco más abajo, con el
arroyo Marqués.
Este último recorre
prados y cañadas, cruza el camino de arriba del Cubillo y después de bordear El
Valle, penetra en él cruza el camino de abajo y no se detiene sino para recoger
los arroyos antes dichos y desembocar en el Cardeña, ya en el municipio de
Villacastín.
Finalmente, el Asperón,
que nace junto al cerro del mismo nombre, desciende por una estrecha cañada y
pasando muy cerca de la fuente del santuario de la Virgen del Cubillo, se
desliza por la llanura hasta acabar, él también, en el Cardeña; esta cercanía
al santuario, le lleva a recibir, también, el nombre de arroyo del Cubillo.
En la Jarrera tenemos
una de las fuentes o manantiales más importantes del pueblo, tanto es así que
hoy es la que contribuye con más caudal al consumo de agua potable de
Aldeavieja, a través de un largo sistema de canalización. La Jarrera, todos la
conocemos, está rodeada de prados y, hace años, regaba los pequeños huertos que
por allí se trabajaban; un agua pura y fría que los pastores cuidaban y
protegían.
En la cuesta de
Matancavera, en el camino del Cubillo, hace años había otra fuente en medio de
la pendiente; hoy sólo su recuerdo y algunos puntos de humedad son testigos de
su antigua existencia.
Otra de las fuentes que
existen, ésta sobre el arroyo del Asperón, es la llamada Fuente Grande, con su
pequeño pilón y, como no, la famosa fuente del Cubillo, junto a la ermita y,
también, la fuente de Las Majás, junto a la zona de los Toriles.
Y, ahora, dando un
salto en la distancia, vamos al lejano sur, pasado el puerto de La Lancha, a
esa parte del municipio que linda con Navalperal, casi desconocido; por allí
pasa el río Tuerto, llamado así por nacer cerca del cerro de El Tuerto y que
cruzando el puerto citado va a acrecentar al Voltoya; y también los arroyos de
Vallehortúm, que nace cerca del antiguo caserío de Casasola y el de la Tijera,
que lo hace junto al Risco de la Tijera, ambos van a desembocar en el Tuerto.
Y con esto acabamos
esta serie sobre el Agua, así, con mayúscula.
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