20 de junio de 2025

Aldeavieja y la guerra hispano-yanqui de 1898.

 

En abril de 1898 empezó la guerra hispano-yanqui, aquella guerra que acabó con el “imperio” colonial español, a causa de la tremenda diferencia bélica entre los Estados Unidos y una España empobrecida y atrasada.

Lo curioso del asunto es que, en nuestro país, se tenía una idea muy equivocada sobre la fortaleza de nuestras fuerzas armadas, así como de su preparación y un desconocimiento total del poderío naval de la república norteamericana.



Es curioso observar cómo la prensa no veía esa debilidad y ofrecía una imagen de los “yanquis” totalmente despectiva; los ripios, como el que sigue, eran cosa de todos los días y de toda la prensa nacional:

Al partir para la guerra

la jotica fui cantando

y la pobre de mi madre

por mi quedaba llorando.

 

Para vencer a los yankees

no queremos los fusiles

con la alpargata nos basta

para matarlos a miles.

 

No le asusta al español

que tengan muchos cañones.

Les falta lo que nos sobra…

¡valor en los corazones!

 

Por supuesto, en nuestro pueblo, la guerra no pasó inadvertida y se le dio la importancia que tenía; como en toda España hubo un movimiento general para aportar toda la ayuda posible, sobre todo monetaria; suponemos que debido a la rapidez con que se llegó a su final no dio tiempo, quizás, ni a entregar el dinero que se recaudó para tal fin; de todas maneras, el periódico abulense “El Eco de la Verdad” se preocupó por informar de lo que en Aldeavieja se realizó; así, con fecha 7 de junio de 1898, publicó el siguiente artículo:

 

Constituida en Aldeavieja la Junta local para la suscripción nacional, comenzó inmediatamente sus trabajos con el mayor celo para obtener todos los recursos posibles, que no han sido pocos dado el escaso vecindario del pueblo y la mala situación en que se encuentran aquellos labradores, sobre todo en esta época.

También se ha verificado una solemne rogativa a Nuestra Señora del Cubillo, venerada imagen de próximos y lejanos contornos, para impetrarle a tan milagrosa imagen el triunfo de nuestros ejércitos de mar y tierra. El digno señor Cura párroco D. Ildefonso Pelayez Postigo, lo propuso así a sus feligreses que gustosos aceptaron, y al efecto el pueblo entero fue en procesión a la ermita de tan milagrosa Virgen, donde se dijo una Misa.

Entre las personas que más se han distinguido, trabajando en pro del aumento de la suscripción en dicha localidad merece, mención especial el médico titular D. Enrique García Coviella, que instruyó a varios niños en el canto de un himno patriótico guerrero compuesto por él, y los cuales postulando por las calles llegaron a recoger una buena cantidad que se entregó al depositario nombrado por la Junta local.

Es digna también de aplauso la conducta de aquel Ayuntamiento asociándose a todo cuanto se ha propuesto con el fin de engrosar la suma destinada a la suscripción nacional.

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